Pasaron seis días de uno de los crímenes más atroces de la historia criminal de Misiones. José Andrés Quednau (37) el acusado de asesinar a Ramón Da Rosa (40), se abstuvo de declarar en la indagatoria ante el juez y ahora se aguarda el testimonio de la sobreviviente y pareja de la víctima para empezar a cerrar los pasos iniciales de la investigación.
La mujer de 37 años sufrió un machetazo en el rostro de parte de Quednau, su expareja, y luego de estar internada en observación en el Hospital Escuela para determinar si el golpe de machete le había fracturado algún hueso, fue dada de alta.
Según pudo saber este Diario fue trasladada a la comisaría de Profundidad y allí radicó la denuncia con los detalles de los hechos que derivaron en la muerte a machetazos y evisceración de quien era su concubino. Cumplido este trámite la denuncia iba a ser sumada al expediente que tramita el Juzgado de Instrucción 6 a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor. Se estima que a la brevedad la mujer será trasladada ante el magistrado para que brinde su declaración testimonial.
Por lo pronto, por los ribetes del caso el juez ya solicitó al Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia la práctica de una pericia psiquiátrica ampliada al acusado. Esto será clave para determinar si Quednau comprende la criminalidad de sus actos.
Fuentes consultadas habían informado que la prueba de alcoholemia que se le practicó al detenido inmediatamente después del hecho dio negativo.
El pasado sábado el acusado fue llevado al juzgado para declaración indagatoria. Se abstuvo, pero se presume que en los próximos días solicitará ampliar declaración, ya con una estrategia por consejo del defensor oficial Miguel Ángel Varela. El juez lo imputó por “homicidio simple y tentativa de femicidio”.
Atacó a los dos
En la tarde del pasado miércoles, a 9 kilómetros de la comisaría de Profundidad, precisamente en paraje Las Quemadas, la policía tuvo conocimiento de un hecho de homicidio.
Al llegar se encontraron con un hombre cubierto de sangre y parado al lado del cadáver de quien luego se sabría que era Da Rosa. La víctima tenía una discapacidad, le faltaba una pierna. El acusado lo atacó a machetazos, le arrancó el corazón y los intestinos. Colocó las muletas que usaba en forma de cruz y las ató con las vísceras.
“Me tomé como medio litro de la sangre de este”, le dijo a los policías según fuentes consultadas. Lo detuvieron en el acto y supieron que su expareja, se había refugiado en una carbonería ubicada a unos 500 metros. Tras recibir un machetazo en el rostro fue ayudada por su hijo de 14 años a ponerse a salvo.