Por lo pronto, silencio ante el juez. José Andrés Quednau (37) siguió el consejo de su defensor oficial, Miguel Ángel Varela, y se abstuvo de ser indagado ayer imputado provisoriamente por los delitos de “homicidio simple y tentativa de femicidio”.
El peón rural de 37 años, carbonero y criador de animales, entre otras labores, fue trasladado ayer a las 7.30 por efectivos de la Unidad Regional X hasta el Juzgado de Instrucción 6 para ser notificado de qué se lo investiga y admitir el patrocinio legal del abogado mencionado.
Se amparó en su derecho de no declarar en su contra y no responder sobre lo sucedido el pasado miércoles, entre las 15 y 16.40, cuando fue detenido luego de atacar a machetazos y quitarle la vida a una persona con discapacidad motriz, Lorenzo Andrés Da Rosa, de 40 años.
La audiencia en el juzgado de calle Buenos Aires casi avenida Roque Pérez, finalizó al mediodía. Vale aclarar que durante la mañana Quednau se entrevistó con Varela para relatarle su versión de lo sucedido y establecer los cimientos de una coartada y desplegarla ante el juez cuando considere oportuno ampliar la indagatoria. Esto podría suceder en el transcurso de la semana.
En cuanto a la evolución del expediente, el juez instructor solicitará una junta médica al Cuerpo Forense del Superior Tribunal de Justicia. Por la gravedad de la pena de acuerdo a los delitos que se le imputan a Quednau, el estudio a su salud mental está comprendido como herramienta clave para determinar su imputabilidad.
Cincuenta cortes y tres machetes
Quednau fue atrapado sobre un camino del paraje Las Quemadas a nueve kilómetros de Profundidad. Una patrulla de la Unidad Regional X lo detuvo al lado del cadáver de Da Rosa, masacrado a machetazos, no menos de 50, el miércoles 7 de septiembre.
Junto a la víctima y en forma de cruz sus muletas estaban atadas con sus intestinos y parte de sus costillas, un “réquiem macabro” a simple vista ya que también le arrancó el corazón y habría estado a punto de comérselo fileteado.
Entre las mercaderías tiradas y cortadas a su alrededor fueron secuestrados tres machetes, todos con manchas tono escarlata.
“Me tomé como medio litro de la sangre de este”, fueron las pocas palabras que los uniformados le permitieron lanzar a Quednau, manchado con restos de su víctima pero también con los suyos, ya que en el ataque habría sufrido lesiones en el rostro, presumiblemente muletazos por la pulsión vital por defenderse de Da Rosa.
Teresa del Carmen Venencio fue dada de alta ayer en el Hospital Madariaga y regresó a Las Quemadas. Una comisión policial de la UR-X la custodió y tomó la denuncia y testimonio sobre el ataque.
Este relato se incorporará durante las próximas horas al sumario y expediente y podrá declarar ante el juez Balor sobre las circunstancias del homicidio de Da Rosa, su pareja, y de cómo ella evitó milagrosamente escapar de la furia de Quednau (exconcubino).
Vale recordar que Venencio sufrió lesiones de corte y fractura en el rostro y cuello, y que corrió junto a su hijo de 14 años hasta una carbonería a 500 metros del escenario del crimen para obtener auxilio.
Si bien no declaró aún el imputado, las dudas sobre la salud mental de Quednau tras el homicidio se mantienen. No obstante, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, destacaron que durante los poco más de tres días que lleva detenido no manifestó ningún tipo de brote o cuadro nervioso que refiera a alguna patología.
“Habla y se hace entender tranquilo, sin alterarse”, coincidieron las voces y remarcaron que tampoco padece trastornos evidentes de ansiedad por algún tipo de adicción, como al alcohol y drogas.
En relación a este detalle, vale señalar que el test de alcoholemia que se le practicó inmediatamente detenido, dio resultado negativo a la presencia de alcohol en su cuerpo.