Los precios estratosféricos que exhiben las vidrieras se vieron reflejados en la estadística que entregó el INDEC este jueves, la cual señaló que el rubro de indumentaria y calzado ya subió casi un 100% en los últimos 12 meses.
Un dato de tres dígitos es el que algunas consultoras estiman para la inflación general al término del año 2022. La información que difundió el órgano estadístico arroja, entonces, que los precios en las prendas de vestir y el calzado aumentaron 8,5% en julio. No obstante, no hace falta que lo diga el INDEC para darse cuenta de que vestirse cada vez cuesta más y de comprarse un par de zapatillas, ni hablar.
Un informe de la Fundación Pro Tejer del año 2017 explica cómo se compone el precio de la ropa que se comercializa dentro de un shopping. El informe desmonta la idea de que son los empresarios industriales los culpables del precio de la ropa y destaca que la industria sólo representa un 8,5% del precio final de la indumentaria.
Existen, entonces, otros factores que agregan valor a la cadena de composición del precio que representan en conjunto un porcentaje superior al que remunera a toda la actividad industrial.
En efecto, un 75% del precio que abona el consumidor final por una remera en un shopping se utiliza para pagar impuestos, servicios financieros y alquileres, según el informe.
Insumos importados
En mayo, el presidente Alberto Fernández lanzó una queja contra la industria textil: “Hay un desmadre de los precios en ese rubro. Los protejo, no dejo entrar productos elaborados de China y los precios no paran de subir acá”.
Desde la mencionada fundación salieron al cruce: “Los precios de la ropa se fijan al comienzo de cada temporada”. Y agregaron: “Cuando comparamos con otros bienes, los aumentos de precio de la indumentaria y calzado se encuentran por debajo”.
Gustavo Arce, titular de la marca Agustino, explicó algunos factores que influyen en el precio de la indumentaria en diálogo con Perfil: “En Argentina, con el tema de la inflación la gente se ha curado de espanto, entonces dice: ‘voy a salir a vender mercadería y por las dudas, ya sube el precio,’ se aseguran la inversión. Pero al margen de eso, aumentan los insumos de manera escandalosa, por ejemplo: un metro de tela para hacer jeans la temporada pasada (hace seis meses) salía $800 hoy vale $1.500”.
Markup
“Si vos no respetás el markup (índice multiplicador que se aplica sobre el costo de un producto para formar el precio de venta final) para estar en un shopping del 3.5, o sea del 250%, no podés vivir, no podés pagar el alquiler, no podés pagar los impuestos, ni empleados, ni costos fijos del local”, lamentó el empresario textil.
A este problema, Arce le sumó que el sector textil está experimentando ausencia de mano de obra.
“Cada vez son más los talleres que, ante la crisis, decidieron bajar las persianas y volverse a sus países porque simplemente les va mejor que acá. Entonces vos mandás a fabricar un jeans y en vez de que cueste $270 como salía antes, ahora te cuesta $700”.
“Entonces, cuando el empresario textil empieza a sumar el costo del producto y hace el markup es un precio inadmisible, ya que bajo ningún concepto el precio de la ropa coincide con el de los salarios”, agregó.
Arce es optimista y opina que en la venta al por mayor de ropa “si sacrificaran un porcentaje de rentabilidad en un negocio tan difícil como el que vive el sector textil, el producto bajaría sustancialmente, beneficiaría al consumidor y habría un mayor nivel de consumo en la economía”.
“Los problemas de la industria textil en este momento son dos: no hay mano de obra y las telas, insumo primordial del sector, están muy caras al cotizarse en dólares”, dice Arce y agrega: “al dispararse el dólar se traslada inmediatamente al sector, porque después tienen que reponer esa mercadería”.
Por su parte, Damián Regalini, presidente de la Cámara Argentina de Medias y presidente del Consejo Productivo Nacional, comentó en diálogo con Perfil: “Lo que pasó en este último mes en el sector textil fue que la escasez de dólares llevó a los importadores a referenciarse por el dólar MEP o por el dólar blue para planificar la reposición de la mercadería o para poder importar”.
85% de suba
“Esa diferencia entre el tipo de cambio oficial y el dólar MEP explica el aumento en el rubro de indumentaria de este último mes. Esto porque el 50% de la ropa que se vende en Argentina es importada, entonces, el importador pone el precio de acuerdo a su precio de reposición”, señaló Regalini.
“Ahora, en la industria local sucede también algo relacionado con este fenómeno. Los que fabrican hilados sintéticos que tienen un componente importado también tuvieron que reponer o importar al valor del dólar MEP o dólar blue”, cuenta Regalini.
“En este caso, el incremento de sus precios fue de un 35% que se suma al 50% de los importadores. Esto explica la abrupta suba que arrojó el indicador en el último mes”, concluyó el representante del sector textil.
Hiperinflación
Economistas advirtieron ayer que la Argentina “está cada vez más cerca” de caer en una hiperinflación y estimaron que el año cerrará con una suba de precios por encima del 90%.
Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, consideró que la inflación de julio, que según el INDEC trepó al 7,4%, “es preocupante, porque buena parte de los países de la región no tienen ese porcentaje siquiera en un año”.
“Hay que ir hasta 1991 para encontrar un acumulado de los siete meses del año que sea más alto, lo cual es grave, porque en ese año íbamos a otra hiperinflación, que se frenó con el plan de Convertibilidad”, recordó.
A su criterio, “que la gente se saque los pesos de encima para no seguir perdiendo poder adquisitivo, es un mecanismo de defensa en etapas previas de hiperinflación”.
Por su parte, Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, sostuvo que “el guarismo registrado en julio puso de manifiesto que estamos cada vez más cerca de la hiperinflación”.
“El 7,4% mensual equivale a una inflación del 135% anual. Si no se adopta un plan antiinflacionario, las perspectivas para el año pasan por un incremento de precios en el orden del 100%”, alertó el economista.
Y afirmó que la suba de precios “es el mayor desafío que enfrenta la flamante conducción económica” al tiempo que aseguró que el “gradualismo” para frenar la escalada inflacionaria “no es una opción”, y en cambio propuso “un tratamiento de shock para evitar la hiperinflación”.
En tanto, el economista Ramiro Castiñeira también advirtió por una hiperinflación: explicó que “en el mundo, cuando sube la tasa de interés, buscan frenar la suba de precios, pero en la Argentina lo que se busca es contener la demanda de Leliqs, que no se les desarme el gran castillo de naipes que armaron de 7 billones de pesos”.
“Entonces, es crucial que los bancos centrales no emitan deuda remunerada porque es imposible salir, es una trampa. La Argentina, cuando hizo eso, termino en hiperinflación. Esto ya lo vivimos en 1988 y 1989”, alertó Castiñeira.
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