Diferentes comisiones vecinales se reunieron el pasado miércoles para compartir las diversas problemáticas que enfrentan por las deficiencias del sistema del transporte urbano de pasajeros, motivo por el cual apuntaron contra el Grupo Z ante la falta de respuestas concretas a los reclamos que crecen en magnitud y no son escuchados.
Roberto Arrieta, presidente de la Comisión Vecinal del barrio Mini City, comentó a PRIMERA EDICIÓN que “el pasado miércoles nos juntamos varios presidentes de barrios de la zona, en la que coincidimos con las principales quejas hacia el servicio del transporte urbano. Por ejemplo, por la ruta 213 los colectivos pasan de largo sin levantar pasajeros en los horarios pico porque se llenan de gente en la parte de San Isidro, y entonces después no se detienen en ninguna otra parada”.
Además señaló: “Solicitamos que los colectivos hagan el recorrido por las colectoras y estacionen en las dársenas, no que sigan transitando y parando por el medio de la avenida”.
“Queremos que vuelva una línea que habían sacado, que venía desde el fondo de Itaembé Miní y ayudaba bastante con el flujo de pasajeros porque circulaba por el medio de los barrios donde hay escuelas, salitas. Como sacaron esa línea se sobrecargaron las otras”, amplió.
Por ello, consideró que “es un padecimiento esperar colectivos en la 213 porque tampoco están en buenas condiciones los refugios“.
Además, “la gente de los barrios no tiene cómo salir o volver a la noche cuando termina el horario de funcionamiento de la terminal de transferencia porque ahí ya dejan de pasar los colectivos. Queremos que haya al menos una línea que cubra las necesidades de los barrios, por alguna situación de emergencia que pueda acontecer”.
Al mismo tiempo recordó que semanas atrás, “hicimos una nota que presentamos a Empresarios Unidos del Transporte Automotor (EUTA), les pedimos una reunión para hablar sobre el tema y ver cómo se podía mejorar la situación, pero nos contestaron que no se veía de qué manera se podía dar solución a nuestros reclamos y que solamente teníamos que hablar con la Defensoría del Pueblo”.
Sin embargo, “nosotros queremos que haya diálogo pero no tenemos forma de comunicarnos con la empresa. Por eso el pasado miércoles hicimos la reunión en Mini City, en la que estuvieron alrededor de 25 comisiones barriales. También se presentaron concejales de la oposición pero ninguno del oficialismo, aunque estaban invitados”.
“Los concejales se comprometieron a hacer un pedido para que el director de Movilidad Urbana brinde explicaciones sobre la falta de controles a la empresa. Nunca pusieron ningún inspector de Transporte para que vean como los colectivos pasan de largo todas las paradas, dejando abandonados hasta a los niños, estudiantes, no les importa ni si hace frío o llueve”, cuestionó.
En tanto que Cristina Cuevas, presidenta de la Comisión Vecinal de barrio Hermoso, remarcó a este Diario que “la gente que queda en el medio de los barrios están muy lejos de las paradas, tienen que caminar alrededor de 6 cuadras hacia la ruta 213 o hacia la Cocomarola, si no tienen que atravesar el barrio Libertador para llegar a la Quaranta”.
“Por eso pedimos que se habiliten nuevas líneas pero resulta que la empresa ni siquiera quiere recibir a los vecinos, aparentemente sólo podemos gestionar a través de la Defensoría del Pueblo y ahí estamos en el horno. Nosotros somos usuarios, no somos beneficiarios”, expresó y añadió: “Para eso pagamos un boleto cada vez más caro y encima por adelantado, porque ellos trabajan con nuestra plata anticipada por las cargas que tenemos que hacer a la tarjeta SUBE”.
“La Municipalidad no hace ni siquiera el control para que cumplan con los horarios. No ponen la cantidad de inspectores suficientes para eso. No puede ser que nos sigan amontonando como animales en cada colectivo. Tenemos muchos problemas por la falta de frecuencias. Me pasó de salir a esperar colectivo a las 5.30 de la mañana y podía subir recién al quinto colectivo que pasaba porque los anteriores venían sobrecargados y no paraban”.