Aún cuando existe la romántica idea que todos los niños deberían tener un perro como amigo, no siempre esto es posible. Ciertos vínculos suceden de manera instantánea en tanto que otros conllevan un poco más de tiempo y paciencia. Lo importante es que el objetivo sea siempre crear confianza en los niños y que nuestros animales de compañía sean sociables con ellos.
Algunos principios a tener en cuenta
–No obligues a un niño a que se acerque a un perro si les tiene aprensión. No perderá el miedo de la noche a la mañana.
-Cuando te cruces con un perro, preferiblemente adulto y que esté calmado, pregúntale a su guía si es amigable, podrás enseñarle a tu niño la manera correcta de acercarse al perro.
-Prestá atención a lo que decís, cosas como “No te le acerques mucho, te va a morder” no ayudan.
Enseñale a tus niños a tratar a todos los animales con cuidado y respeto. Muchos se acercan al perro de manera brusca y le tiran de las orejas o le hacen cariños toscos, esto tensa al perro y querrá defenderse.
-Contale cómo reaccionará el perro cuando se acerque, por ejemplo: “El perro te está oliendo porque te quiere conocer” o “te dio un beso porque le caes bien”. Estas frases pueden hacer que el niño comprenda el lenguaje de los perros.
–No creas que la solución es adoptar un perro. Recién cuando tu niño haya perdido el miedo, hazlo parte del proceso de adopción.