Para los magistrados no quedaron dudas que un padre y su hijo, fueron los que atacaron a dos mujeres en una vivienda en las afueras de Campo Grande hace poco más de cuatro años.
La ubicación captada por sus celulares, las armas que fueron encontradas en poder del joven y coartadas para desligarlos de caso, no terminaron de cerrarse.
Los hallaron responsables del robo, pero los absolvieron del delito de abuso sexual con acceso carnal, que en aquella vez ocurrió contra una mujer de 52 años.
Las pericias de ADN no fueron concluyentes y esto los benefició. Sin embargo, los jueces ordenaron que se investigue al tercer sospechoso, que fue identificado con nombre y apellido en las audiencias y hasta los mismos acusados lo habían señalado en sus declaraciones.
Luego de tres audiencias, el Tribunal Penal de Oberá halló culpable a Emiliano Alonso Benítez (28) por ser “coautor de robo doblemente calificado por el uso de arma en poblado y en banda y portación ilegal de arma de fuego en concurso real” y lo condenaron a 15 años de prisión. A su vez le impusieron la unificación de una condena por la cual estaba en libertad condicional al momento del hecho. De esa manera fue sentenciado a una pena única de 18 años de prisión.
A Luciano Baldomiro Benítez (51), lo hallaron penalmente responsable de ser “coautor de robo doblemente calificado por el uso de arma en poblado y en banda” a la pena de 15 años.
Absolvieron a ambos del delito de “abuso sexual con acceso carnal calificado”, por aplicación del principio in dubio pro reo (beneficio de la duda), “por no haberse individualizado al autor material del mismo”.
Asimismo, en la sentencia se dictó la remisión de una copia del expediente al Juzgado que instruyó la causa, para que se investigue la participación de Oscar Ramón Benítez, respecto a la presente causa.
Este miércoles prestaron declaración los últimos tres testigos. Dos jóvenes y quien era pareja de Emiliano Benítez.
El primero recordó que aquel 9 de abril de 2017, observó un auto de color oscuro dirigiéndose hacia la Picada donde estaban las que serían las víctimas. Bajaron tres personas. Luego ese vehículo se fue del lugar.
El segundo testigo también mencionó que vio un Chevrolet Corsa y a tres personas, de las cuales al menos uno llevaba una mochila. Después vio la camioneta de “la señora” (una de las víctimas), con tres ocupantes.
Por último declaró la expareja de Emiliano, quien recordó en su relato que su novio y el padre llegaron a la vivienda de Posadas con frío y embarrados. Emiliano portaba una mochila. Dijo además que durante el allanamiento que posteriormente realizó la policía hallaron armas, pero ella no sabía que estaban en la casa.
Señaló que tanto su pareja como el padre no tenían vehículos, pero que luego se compraron un automóvil y Emiliano una moto y un juego de living para la casa.
Alegatos
La querella representada por Lisandro Riotorto alegó que tanto las pericias que realizó la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC), a los teléfonos de las víctimas, el relato de la exnovia, acerca del arribo de Emiliano y su padre embarrados y mojados, la activación de los celulares captados por las antenas en la zona de Guaraní, echaban por tierra las coartadas acerca de dónde habían estado ambos esa noche.
También ahondó acerca del celular de una de las víctimas, que estaba en poder de la novia de Emiliano. Y el hisopado vaginal de muestras de ADN realizado a la víctima, que era compatible con los Benítez. Aunque sin poder precisar al autor del abuso, hubo una coautoría para que ello ocurriera. Pidió 14 años de prisión para Emiliano Alonso Benítez y 16 para Luciano Baldomiro Benítez.
A su turno la fiscal Estela Salgueron argumentó que no había dudas acerca de la participación de padre, hijo en el caso y que además en la audiencia se pudo probar que Ramón Oscar Benítez fue el otro partícipe. Asimismo, habló de un cuarto implicado identificado como “Lijo” o “Lejo”, que llevó a los tres hacia la picada y luego se retiró con el Chevrolet Corsa mencionado por los testigos. Solicitó penas de 14 años para Emiliano y 16 para Luciano Benítez.
Por su parte, Matías Olivera, defensor oficial, pidió la absolución para los acusados. Dijo que se pretendía condenar a Emiliano porque “agarró” las armas de las víctimas que le había dado su tío. A él y al padre por la activación de antenas celulares, cuando está probado que tiene un campo de activación de varios kilómetros. Y porque llegaron mojados a la casa. “Lo quieren hacer ver como prueba de todo”, dijo antes de saberse la sentencia.