
Hoy se aguarda el cierre de un juicio en el que se imparte justicia por un caso de robo y violación que ocurrió el 9 de abril de 2017 en Campo Grande. Los acusados, padre e hijo, comparecieron ante el Tribunal Penal de Oberá el miércoles y el jueves pasado. En la primera audiencia estuvieron en la sala las víctimas, madre e hija, que en ese entonces tenían 73 y 52 años. La mujer más joven relató ante los magistrados el calvario que vivieron. Su madre regresó al día siguiente a presenciar el desarrollo del debate y en esta jornada se presume que volverá a estar para escuchar la sentencia en compañía de su abogado querellante.
Los imputados tienen 51 y 28 años. Se los juzga por el delito de “robo calificado, agravado por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal calificado por el uso de arma y encubrimiento”.
Sobre la figura penal de encubrimiento hay otros dos acusados que solicitaron juicio a prueba. Según se supo de la investigación y de lo que hasta el momento se dijo en el juicio. Alrededor de las 19.30 de aquel 9 de abril, tres encapuchados ingresaron a la casa de la mujer mayor. Su hija la acompañaba circunstancialmente. Era fin de semana.
Con un garrote y un pedazo de manguera las golpearon y las llevaron a una de las habitaciones. Las ataron con cables y las arrojaron a una cama. Uno de los malhechores abusó de la de menor edad y amenazaba hacer lo mismo con la madre si no decían dónde estaba la plata y las armas.
Se apoderaron de 60 mil pesos, dos revólveres, una escopeta y celulares. Antes de escapar con una Chevrolet S-10 uno le preguntó a las mujeres “si querían vivir”. Luego que no escucharan más ruidos se desataron. La hija fue a pedir ayuda a la casa de su hermano.
La policía comenzó el rastrillaje en busca del vehículo y los autores. Los delincuentes llevaron la camioneta hasta Jardín América para vendérsela a “cigarrilleros” pero no la aceptaron porque sabían que estaba “caliente”. Fueron hacia El Soberbio hasta que la entregaron a dos jóvenes que la desguazaron en parte y la abandonaron incendiada en Oberá, a un par de cuadras de la ruta 14.
El miércoles pasado, los acusados pidieron hablar y negaron haber sido los autores del hecho. En su coartada el padre dijo que esa noche estuvo en compañía de amigos y que regresó a su casa a bordo de un Renault Megane. El hijo no negó que se hubiera dirigido hacia Campo Grande pero dijo que había llevado a su tío y a otros dos. Los dejó cerca del pueblo y regresó.
Sucedió que días después la señal de los celulares robados marcaron posiciones. En sendos allanamientos detuvieron en Posadas al joven que estaba en compañía de su novia. En su poder tenía las dos armas robadas a las víctimas. Cuando habló ante los jueces, dijo que se las había dado aquella noche su tío. Como no pudo cobrar en efectivo la deuda, se cobró en parte con esas armas, le habría dicho. Así, padre e hijo acusaron a este hombre que no figura en la investigación, como el que habría sido el que lideró el ataque contra las mujeres.
El jueves declaró un amigo del padre y acusado, quien aunque no dio precisión respecto a la fecha, abonaría la coartada. Dijo que efectivamente le había vendido un Renault Megane gris, pero no podía decir que fue justo el día que ocurrió el asalto y la violación. Justamente esto fue lo que había asegurado el imputado, que esa tarde- noche estuvo con amigos y regresó a su casa con el vehículo.