
Fueron declarados culpables de la muerte a cuchillazos de la adolescente de 16 años en Puerto Piray. Poco más de un año y medio después, ambas condenas quedaron firmes. El tercer implicado que tuvo el caso fue Javier Vargas, quien terminó absuelto.
Cardozo fue sentenciado a la pena de 25 años de prisión como “coautor” del delito de “homicidio simple”, mientras que Da Silva, al haber sido menor cuando ocurrió el hecho, fue declarado penalmente responsable en calidad de “autor” del homicidio.
La pena debía ser fijada por un Juzgado Correccional y de Menores. Da Silva nunca recurrió la decisión del Tribunal, por lo cual al mes siguiente su condena ya había quedado firme. En diciembre del 2019 se conoció el monto que deberá saldar: ocho años como “autor confeso” del crimen de la adolescente.

En el caso de “Chinchulín” Cardozo la estrategia fue la de apelar el fallo a través de un recurso casatorio. Si bien ambos no compartieron el mismo abogado, el defensor de “Chinchulín” habría pretendido que Da Silva se sumara a la apelación para que ambas condenas sean revisadas.
Al oponerse, la petición de Cardozo llegó en soledad ante el Superior Tribunal de Justicia, el cual oficia de Cámara de Casación en nuestra provincia.
Según los argumentos a los que pudo acceder PRIMERA EDICIÓN, el fallo de Casación coincidió con el fallo del presidente del Tribunal Penal eldoradense, Atilio León.
Quedaba claro que el hallazgo de un cuchillo con restos de sangre de la víctima, en una letrina del lugar donde habitaba “Chinchulín” Cardozo, junto a otras evidencias y testigos acorralaron su participación en el femicidio de Miriam Cubas.
Por otra parte, en la respuesta a la apelación coincidieron que existía una relación de amistad entre Cardozo y Da Silva, dado vivían en el mismo barrio de Puerto Piray, a una cuadra de distancia y ese supuesto encuentro casual que ambos tuvieron en el trillo del pinar donde mataron a la adolescente, no había sido fortuito. Habían ideado un plan para emboscar a la joven.
Finalmente mencionaron: “Por ello, el razonamiento empleado en la sentencia por los jueces en lo referente a la acreditación de las circunstancias de tiempo, lugar y modo, como así también sobre la participación del Imputado Cardozo Ariel David, es acertada”, concluyeron.
A seis años de la cruel tarde en el pinar
Miriam Cubas (16) estudiaba en el BOP-37 de Puerto Piray, cursaba el tercer año. El 7 de abril de 2015, fue atacada cuando salía de clases caminó hacia un trillo habitual que cruzaba un pinar, atajo para volver a su hogar en al barrio San José.
En ese lugar fue interceptada por Ariel “Chinchulín” Cardozo y Enzo Javier Alvez Da Silva.
Se presume que quisieron atacarla sexualmente pero no pudieron y, según se estableció en el juicio, Da Silva le asestó cinco puñaladas en el abdomen, pero también le destrozó hígado, la espalda y el rostro.
La adolescente murió desangrada. No le robaron nada, dado que cerca del cuerpo hallaron una jarra y murió con la mochila puesta.
En la huida del lugar, Da Silva se cruzó con un vecino, con el rostro desencajado le dijo que el responsable del ataque había sido Cristian Vargas. Posteriormente se supo que había una enemistad entre ellos y por eso lo había inculpado falsamente.
“Chinchulín” se llevó el arma homicida e intentó ocultarla en su casa. Vecinos ya se habían enterado del hallazgo de la adolescente muerta en el pinar.
El padre de Enzo Da Silva le preguntó a su hijo si sabía algo y este asintió con la cabeza. Indirectamente le reconoció que tuvo que ver en el hecho.
“No le digas nada a mamá”. No se lo dijo pero lo llevó a la comisaría para que se entregara.
Durante el debate oral ante el Tribunal Penal de Eldorado, el progenitor declaró que su hijo se había autoincriminado porque “Chinchulín” lo había amenazado con asesinarlo si lo delataba.