La quinta jornada de juicio oral a Gabriel Cristóbal Leal (43) en el Tribunal Penal 2 de esta capital se centró en el testigo que generaba, desde la apertura hace siete días de las audiencias, la mayor expectativa de todos los actores o partes.
Si se toma como detalle característico el tiempo, fueron 51 minutos los que necesitó el genetista Gustavo Penacino para responder interrogantes e intentar despejar polémica en torno a los exámenes genéticos que realizó y que llevaron al acusado de asesinar a Pablo Fraire (28), entre evidencias y pruebas, a estar ante los jueces Gregorio Augusto Busse, Juan Manuel Monte y Miguel Ángel Faría.
Penacino recalcó que, durante veinte años en el laboratorio del colegio de bioquímicos y farmacéuticos de Capital Federal, en el que continúa como director, “se realizaron entre cincuenta y cien estudios de ADN, para la mayoría de las jurisdicciones judiciales del país”, entre ellas Misiones.
La citación a declarar por videollamada correspondió a la vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto por la pandemia mundial de COVID-19 y a la distancia ya que reside en la ciudad de Buenos Aires.
“Se pudo hallar material genético en rastros de más de 50 años de antigüedad, un ADN puede durar muchísimo tiempo”, fue una de las primeras conclusiones de Penacino sobre los análisis realizados, entre ellas, que el pelo hallado en la remera de Pablo Fraire pertenecía a su presunto victimario (Gaby Leal) y que había vínculos biológicos entre las muestras analizadas con los cabellos restantes, es decir, corresponden a Pablo Fraire y lo enlazan de manera directa con su padre (Oreste) y su hermano (Rafael).
Fue consultado por el fiscal Martín Alejandro Rau y el actor civil, Héctor Martín Ayala sobre los métodos científicos para tomar muestras y determinar patrones genéticos: “El procedimiento habitual es juntarnos con el perito de parte y analizar la muestra y con un elemento óptico detectar y colectar en sobres las huellas a analizar”.
Puntualmente de la labor en este caso detalló que “las cuatro muestras analizadas (en 2015) arrojaron el mismo patrón genético, la misma probabilidad de variantes, y además marca el vínculo biológico”.
“Buscamos ADN”
Además respondió a los interrogantes relacionados a su profesión por parte de uno de los letrados defensores de Leal, Eduardo Paredes: “Las técnicas de estudios de ADN evolucionaron muchísimo y hoy permiten obtener incluso registros de material cadavérico, desde finales del siglo pasado hasta hoy (…) Para ADN hacemos una prueba del pelo esté en la etapa que esté. Respecto a la cantidad de ADN que se necesita de muestra, un nanogramo es suficiente. Un pelo que tenga de uno a diez nanogramos es más que suficiente. De todas maneras nosotros no hacemos un estudio morfológico ni de estadios del pelo, tampoco de qué tipo de fluido estamos analizando, solamente hacemos el estudio genético”.
“Con el tallo se puede hacer examen de ADN mitocondrial. En este caso se hizo el examen nuclear al bulbo hallado en los pelos”, destacó.
“No es cierto que no se pueda obtener ADN de un pelo de 50 o 60 años. Hay muchísima bibliografía sobre el tema y se pueden hacer perfectamente estudios. En Estados Unidos se han hecho estos trabajos y analizado, son los denominados ‘casos fríos’. Es a la inversa el problema, cuando no se halla el ADN. Cuando se lo halla es porque se ha conservado el registro. Hay evidencias que con diez veces menos que un nanogramo se detectó ADN”.
Fue aún más amplio: “No podemos determinar cuándo fue arrancado o caído el pelo desde el material genético”. Y redondeó el concepto: “No es cierto que muchos años después no pueda haber ADN nuclear en un pelo, se puede conservar mucho tiempo”.
“No hay fecha de duración del ADN nuclear y el mitocondrial. No hay parámetro que diga cuando desaparece, es variable (…) Nuestro trabajo es determinar ADN, no hacemos otro trabajo. En este caso tenemos una certeza altamente elevada para determinar la herencia biológica de los rastros analizados, no se necesitaban analizar restos cadavéricos”.
“Ya en 2015 se podían obtener resultados con poco ADN (…) Pero en este caso se obtuvo un patrón genético muy bueno, grande e importante, no podemos desde ese patrón inferir qué le pasó antes a ese pelo, si fue arrancado o caído, no hacemos ese estudio”.