Este lunes por la tarde, familiares y allegados a Vilma Mercado, la joven que fue brutalmente asesinada en octubre del año pasado, volvieron a marchar por las calles de Puerto Iguazú para exigir justicia y para que la causa sea elevada a juicio. La convocatoria fue en el Paseo de la Identidad, donde se juntaron muchas personas, en su mayoría jóvenes. Allí se armó un cartel enorme, donde se escribieron los nombres de todas las mujeres que fueron asesinadas en Iguazú, desde hace 50 años atrás en adelante, hasta Patricia Mereles.
Cuando se terminó de hacer el cartel la columna marchó por la avenida Victoria Aguirre, luego Av. Córdoba hasta el Juzgado de Instrucción 3 sobre la avenida Guaraní, donde hablaron algunas de las personas, que exigieron justicia para que la causa sea elevada a juicio y porque consideran que el cambio de juez va a demorar todo.
La causa por el femicidio de Vilma Mercado, perpetrado en octubre del año pasado cuando la joven tenía 19 años, tuvo a comienzos del mes de julio un paso trascendental que podría marcar el inicio de un largo camino que conduzca a la cárcel al soldado Carlos Villar único acusado por el hecho.
En ese momento, el fiscal Horacio Paniagua presentó el requerimiento de elevación a juicio de la causa y, de esta forma, al implicado quedó a un paso de enfrentar un futuro debate oral en el cual se determinará su responsabilidad en el caso que sacudió a la provincia.
La causa llegó a esa instancia en menos de un año, período en el cual las autoridades al frente de la investigación pudieron recolectar una gran cantidad de elementos de prueba que incriminan seriamente al sospechoso, además de cumplimentar varios pasos judiciales y superar apelaciones de parte de la defensa.
En el pedido de elevación a juicio, el fiscal Paniagua consideró que Villar deberá responder como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal real y homicidio agravado criminis causa, alevosía y femicidio. De ser hallado culpable, Villar podría tener un solo destino: la prisión perpetua.
Ahora, el pedido deberá ser analizado por el magistrado Petronio Piris da Mota, juez subrogante del Juzgado Universal, del fuero Civil, Comercial y Laboral, a cargo de la causa, desde el momento que el titular del Juzgado de Instrucción 3 de la misma circunscripción judicial, Martín Brítes, se inhibió en la misma. En caso de coincidir con los planteos del fiscal, se dictaminará la elevación a juicio del caso. Después de ello, como marcan los pasos judiciales, el expediente deberá ser remitido al Tribunal Penal Uno de Eldorado, cuyas autoridades deberán programar fecha para el correspondiente debate oral y público en el cual Villar ocupará el lugar en el banquillo de los acusados.
El caso
El caso de Vilma Mercado comenzó a investigarse como una desaparición de persona, ya que la muchacha había salido de su casa en el barrio Las Orquídeas el miércoles 23 de octubre de 2019 y nunca regresó, despertando la desesperación y angustia de sus familiares, que al día siguiente radicaron la correspondiente denuncia.
A partir de ahí, los pesquisas fueron tratando de reconstruir los últimos pasos de la muchacha y en medio de esas labores obtuvieron el dato de que esa noche la joven tenía previsto encontrarse con un joven. Vilma les contó esto a sus compañeras, pero no reveló la identidad del sujeto y después de ello su WhatsApp estuvo en línea por última vez el jueves 24 a las 00.05.
Finalmente, los investigadores pudieron determinar quién era el muchacho y se trataba del soldado ahora imputado, quien en esa primera entrevista con la Policía -aún como testigo- tuvo contradicciones en su relato, pero además de ello hubo otros elementos que lo dejaron definitivamente bajo la lupa: lesiones en sus manos y un chip de teléfono.
Luego de eso, allanaron su domicilio y en el lugar encontraron más elementos comprometedores, entre ellos el celular de Vilma, una soga y una cinta de embalar, objeto que tomó mayor relevancia en la causa tras el hallazgo del cadáver de la víctima, el viernes 25.
El cuerpo de Vilma fue encontrado en una zona de monte ubicada al costado de la ruta nacional 12, en cercanías de la antena repetidora de TV Canal 12 y a unos 15 kilómetros del casco urbano de Puerto Iguazú.
La muchacha tenía los pies atados con una soga y el rostro encintado, lo cual la terminó asfixiando y provocando la muerte, según estableció la autopsia practicada. La víctima además tenía las prendas íntimas bajas y se constató que había sido abusada sexualmente.
Los familiares de Vilma luego recordaron que ella soñaba con ingresar a la Gendarmería Nacional Argentina, pero luego conoció a Villar por Facebook y éste había prometido ayudarla.
Incluso, ese jueves 24 el soldado estuvo en la casa de Vilma y expresó que quería ayudar a encontrarla, pero a medida que aumentaban los cuestionamientos hacia su accionar, incurría en contradicciones que lo dejaron bajo sospecha.
“Él me había comentado que se iban a ver ese día, pero que ella le canceló porque al final se iba a ver con otro chico, cosa que nada que ver. Fue todo raro”, recordó en su momento María Estela Leite, madre de Vilma.
Causa y pruebas
Con todos estos elementos, los pesquisas judiciales comenzaron a trabajar para transformar todos los indicios recolectados en elementos de prueba y para ello se ordenaron varias medidas cuyos resultados permitieron robustecer el expediente hasta llegar a esta etapa culmine de la investigación.
Según indicaron las fuentes consultadas, entre los elementos clave que obran en el expediente se encuentran los estudios que certificaron que la lesión que Villar presentaba al momento de su detención era compatible con una mordedura y con la cavidad bucal de la víctima.
Además, se constató que en una de las cintas que Vilma presentaba en el cuerpo quedaron muestras genéticas de Villar, en tanto que en la casa del soldado hallaron un preservativo con ADN compatible con la muchacha. Todo indica que ese el profiláctico fue utilizado para abusar de la víctima sin dejar pistas.
Las autoridades del caso también ordenaron otras medidas de prueba que permitieron establecer fehacientemente que tanto el chip encontrado entre sus pertenencias al momento de su detención como el celular incautado en su casa le pertenecían a la víctima.
Incluso, las fuentes señalaron que en el expediente también se incluyeron pericias telefónicas mediante las cuales se pudo determinar que mientras Vilma ya estaba asesinada, el soldado manipuló el celular de ella para auto-mandarse mensajes de texto intentando desviar la investigación y plantando la coartada de que la víctima iba a encontrarse con otro sujeto.
Como si todo ello fuera poco, en una zapatilla incautada en poder del implicado se hallaron restos de vegetación que son coincidentes con la flora de la escena del hecho.
A fines de junio, Villar tuvo una ampliación de declaración indagatoria por videoconferencia. Él desde la Unidad Penal III de Eldorado y las autoridades desde sus oficinas.
En esa instancia, el juez Brites le notificó la recepción del informe con los resultados positivos de los cotejos genéticos. Villar oyó todo en silencio, la cámara se apagó y volvió a su celda, donde podría pasar gran parte de su vida.
Causa paralela
Poco después del crimen de Vilma, los pesquisas involucrados constataron que Villar además podía tener relación con otro hecho de abuso sexual registrado semanas antes y que guardaba características tan escalofriantes como coincidentes. El otro caso había ocurrido el 11 de octubre y la víctima fue una adolescente de 16 años que logró escapar de su agresor. El hecho fue denunciado, pero el autor nunca pudo ser identificado y, por lo tanto, tampoco atrapado. Tras el crimen de Mercado, los pesquisas entrecruzaron la información de ambos casos y Villar también quedó involucrado. Según se pudo reconstruir, la adolescente fue captada por un motociclista armado con un cuchillo que la interceptó mientras caminaba por Iguazú. De ahí fue llevada hasta el mismo monte donde Vilma fue asesinada. Allí fue maniatada y su agresor comenzó a encintarle el rostro pero pudo aprovechar un descuido del sujeto para escapar hacia la ruta, donde fue auxiliada por una pareja en auto. En su declaración, la víctima añadió que alcanzó a ver que el agresor llevaba una mochila del Ejército. Por este caso Villar también fue imputado y la causa continúa en etapa de instrucción, pero también está avanzada.
Fuente: El Independiente Iguazú.