Desde que empecé a escribir estas notas trato de volcar en ellas mis experiencias en el trabajo con el cuerpo como instrumento de autoconocimiento, sobre todo en lo que tiene que ver con el sentir para que a través del cuerpo podamos conectarnos con lo que tenemos adentro.
Nuestras emociones, deseos y demás sentires, algunos tan ocultos que al salir a veces nos generan caos y preferimos ocuparnos o tapar esas emociones con trabajo o cualquier cosa que nos anestesie para no sentirlo. Sin saber que eso nos lleva a un desequilibrio que nos termina generando tensión estrés y enfermedad. Una de las herramientas más usadas para poder ir adentro nuestro es la respiración, ya lo hemos hablado en notas anteriores pero vale la pena recordar.
Hay muchas técnicas y formas ya conocidas, la que más uso es detenerme un momento colocar las manos en el abdomen e ir llevando el aire a la panza y así el cuerpo rápidamente se concentra en eso y deja de pensar. Se logra salir de la mente que piensa todo el tiempo y genera la sensación que tenemos que hacer cosas generándonos ansiedad y cuando paramos le estamos mandando una contra orden que no es así, tomamos el control nosotros.
La respiración podemos hacerla todas las veces que queramos, pues sirve entre otras cosas para auto observarse, bajar la ansiedad y darnos paz. Podemos hacerla en el trabajo, caminando, en una cola mientras esperamos para pagar algo. Esta respiración nos ayudará a desacelerar el ritmo que traemos de la vida misma que nos corre o quisiera decir que sentimos que nos corre.
Al ir hacia adentro a través de la respiración vamos a chequear nuestra forma de estar parados, podemos observar nuestra postura y rápidamente darnos cuenta si necesitamos descansar o podemos seguir trabajando.
Dejar que aparezca lo que sentimos, a veces es apuro y ansiedad, otras veces descubrimos que al parar aparece algún recuerdo de un mal entendido, alguna palabra que nos dolió y podemos al hacerlo consciente para dejar que salga a través de la misma exhalación, liberando nuestro corazón de cosas que nos pesan y no nos ayudan a sentirnos bien. La idea de este aprendizaje corporal que es una tarea diaria que solo nosotros podemos hacerlo, ya que nadie puede parar o respirar por mi, nos va hará conocernos interiormente dándonos cuenta de nuestras luces y sombras, de nuestra dualidad que es una característica que todos tenemos, pero que al conocerla e integrarla, aceptarla, nos hace que vivamos mejor con nosotros mismos volviéndonos nuestros mejores amigos.
Aprender a ser cariñosos con nuestro cuerpo, agradecidos por todo lo que nos da y creo es el aprendizaje que va hará que nos conecte con el placer de habitar nuestro cuerpo, el único que tenemos, aceptándonos como somos, conociéndonos de tal manera que sólo al parar y respirar pueda darme cuenta, qué necesita mi cuerpo en este momento.
Dejar de buscar modelos corporales es el gran desafío para nosotros como humanos, cada uno tiene su belleza y esa belleza radica justamente en ser nosotros mismos.
Feliz 2019, que Dios los bendiga.
Colabora
Paula Vogel
Profesora de Educación Física.
Educadora Biocéntrica.
3764-414872