En su ensayo para el catálogo sobre El problema del caballo, escribe Gabriel Giorgi:
“El caballo, protagonista central de las narrativas capitalistas y coloniales de extracción y de configuración de lo natural en recurso -que fue, y sigue siendo, el modo dominante de inscripción de América Latina en los imaginarios globales- aquí “salta”, corcovea, patea el tablero de los tiempos y las formas, y trae, como problema, la pregunta por otra relación posible, a la vez que urgente, entre humano y animal –y por lo tanto, otros modos de relación entre los cuerpos: otro entre cuerpos- que no queden capturados en las narrativas de la dominación y control que, finalmente, son las únicas que el capital ha podido inventar.”
La obra de Fontes puede verse como una pregunta abierta sobre las posibilidades de revertir las múltiples manifestaciones de la colonización. Al subrayar cómo los destinos de las especies humana y equina han sido entrelazados por la explotación desde el mismo momento en que domesticamos a los caballos, El problema del caballo ofrece un relampagueo para reinterpretar la historia de modo diferente, una oportunidad de construir una narrativa alternativa para nuestro futuro como especie.
Historia del proyecto
Fontes tomó las ideas para El problema del caballo de tres fuentes diferentes. El punto de partida fue la presencia oculta del caballo detrás de los materiales con los cuales está hecho el edificio. El caballo y su tracción a sangre cumplían, en la época en la que se construyó el Arsenal, un rol protagónico en la fabricación y el transporte de la madera, el ladrillo y el hierro.
Un segundo aspecto contextual que la artista aborda es la función original del edificio: la fabricación de cañones y balas de cañón para los barcos que se construyeron en el Arsenal desde el siglo XIII en adelante, en lo que constituye el primer ejemplo histórico de una línea de producción, antecesora directa del fordismo.
Finalmente, la historia de La Biennale di Venezia como institución que insiste en perpetuar la tradición decimonónica de las representaciones nacionales hizo que Fontes localizara su acercamiento crítico en cómo la idea de nación se ha forjado a través de la historia, y específicamente en Argentina.
El problema del caballo es curada por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina.
El caballo permanecerá cautivo, corregimos, “expuesto” en el Arsenale corcoveando y sacudiendo las ideas de nación en un mundo que reformula cada día sus fronteras. Quién sabe tal vez, la valiente mujer o el sorprendido niño se conviertan en su jinete y el Arsenale (y La Biennale di Venezia) despierte un día sin caballo y sin problema.
Sobre la artista: Claudia Fontes egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en 1987 y, a partir de una beca de perfeccionamiento en el extranjero de Fundación Antorchas, desarrolló Trama. Si bien emigró de la Argentina en 2002–enamorada de un inglés-, todo su imaginario es de estas latitudes.
Trabajó desde 2002 a 2006 en este programa de cooperación y formación de artistas con una importante inserción internacional. Por él pasaron 370 artistas e ingresaron al país 600 mil euros que se invirtieron en proyectos artísticos, publicaciones y encuentros.
Actualmente trabaja con Guadalupe Miles en “La criatura intermedia”, un proyecto con la comunidad Wichi del Chaco Salteño.
Claudia Olefnik
Artista plástica
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