Con motivo del Día de la Madre, realizamos unos breves apuntes sobre la iconografía de la maternidad a lo largo de la Historia del Arte, especialmente el siglo XX, con imágenes de algunas de las representaciones del tema que muestran como el arquetipo de la madre ha inspirado a las y los artistas a lo largo de todos estos años.
La mujer ha tenido una presencia activa constante en el arte, bien en el papel de musa o modelo, bien como artista, a pesar de su ausencia en la mayoría de museos o enciclopedias. Durante siglos la imagen de la maternidad era de carácter religioso, una representación idealizada y sublimada de la realidad, casi siempre realizada por hombres. Pero según avanza el siglo XIX, las mujeres van ganando derechos sociales y crece el número de mujeres artistas, como por ejemplo Mary Cassatt o Berthe Morisot.
A principios del siglo pasado, con la llegada de las vanguardias artísticas, las mujeres podrán ya exponer en los salones independientes. Aún así, las imágenes de maternidades son representaciones conmovedoras realizadas en su mayor parte por autores masculinos como Picasso, Klimt o Chagall. A finales de la década de los años sesenta, el movimiento feminista reivindica la importancia del rol de la mujer, y artistas como Frida Kahlo se convertirán en íconos del feminismo, cuestionando esa iconografía como espacio de identidad femenina.
Desde entonces las mujeres han expresado su lado más personal, representando la maternidad desde una perspectiva más cruda y reflexiva, en muchas ocasiones como un trauma, rompiendo el mito que idealizaba la experiencia y cuestionando los beneficios de ser madre en el siglo XXI. El tema de la maternidad hoy en día está tratado mayoritariamente por mujeres de diferentes disciplinas.
Frida Kahlo fue una de las pioneras. Impulsada por su marido Diego Rivera que le animó a iniciar un proyecto que documentase los eventos más importantes de su vida en una serie de cuadros, Frida realizó varias obras bastante inquietantes sobre el tema. La maternidad también es una presencia destacable en la obra de Louise Bourgeois, madre de 3 hijos, junto con otros temas como la sexualidad, el psicoanálisis, el trauma, la memoria, las relaciones familiares…Sus famosas arañas simbolizan la madre que construye el nido donde cría y protege a sus hijos. Para ambas se trata de un trabajo autobiográfico, reparador de heridas, una herramienta para luchar con sus temores.
Por este motivo, en los últimos años, las obras realizadas por mujeres-madres sobre este tema son de lo más diversas, mostrando siempre el intenso y determinante papel de la mujer en el proceso de la maternidad. Desde controvertidos universos familiares como el de Sally Mann, a las indagaciones sobre las relaciones entre madre e hijos de Ana Casas Broda en Kinderwunsch, o la representación del parto crudamente como es el caso de Ana Álvarez-Errecalde, que alejándose por completo de las versiones idealistas el momento ella lo refleja de manera fría y severa, retratándose con su bebé en los brazos y el cordón aún sin cortar en un escenario neutro, fuera del contexto hospitalario.
Otras artistas, como Marina Abramovic, tienen opiniones controvertidas acerca de la unión de la maternidad y el arte: “Las mujeres no están tan preparadas para sacrificarse por el arte como los hombres. Las mujeres quieren tener familia e hijos y además dedicarse al arte. Pero, siento decirlo, eso no es posible. Tenemos un cuerpo y para ser artista hay que consagrarlo a ello por completo. El arte exige el sacrificio de todo, incluida la vida normal”.
Y como final de esta escueta introducción al tema, mencionar la obra Post-partum document (1973-1979), un trabajo conceptual realizado por Mary Kelly tras dar a luz a su hijo, que plantea cuestiones como el proceso de socialización del mismo, las diferencias de género, etc., construida a partir de elementos del niño como pañales, ropa, etc. reunidos por la artista durante los primeros años de su vida y presentados junto con textos de la madre/artista.
Claudia Olefnik
Artista plástica
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