Los diputados radicales “con peluca” Luis Picat, Mariano Campero y Martín Arjol permanecerán en la bancada de la UCR, pese a haber sido expulsados por el Tribunal de Ética del centenario partido tras haber respaldo los vetos presidenciales a las leyes de movilidad jubilatoria y de aumento al presupuesto de las universidades.
El argumento de las autoridades de la bancada de la UCR, que preside Rodrigo de Loredo, es que no hace falta ser afiliado a la UCR para integrar el bloque, como de hecho ocurre con dirigentes de otros partidos como el correntino José Tournier. De esa manera, el bloque de la UCR conservará los 20 integrantes que hoy conforman ese espacio parlamentario.
Pero uno de los datos salientes es que tres de esos cinco legisladores tienen mandato hasta el 2027, y eso reviste significativa importancia porque la UCR pone en juego en las próximas elecciones 14 de la veintena de legisladores que tiene hasta diciembre de 2025.
El Gobierno contó con el respaldo de estos tres legisladores sancionados por “grave inconducta” para poder blindar los vetos a las leyes que proponían cambiar la movilidad jubilatoria y ampliar los recursos para las universidades nacionales.
La decisión de los diputados aliados a los libertarios ya provocó una ruptura en la bancada radical, donde una docena de legisladores que responden a Facundo Manes y Martín Lousteau, armaron un nuevo bloque denominado “Democracia para Siempre”.
La decisión del Tribunal de Ética dispuso la separación de las filas partidarias de Campero, Arjol y Picat por “incurrir en grave conducta partidaria que afecta la dignidad de la UCR”.
La resolución fue firmada por Alicia Tate y Juan Pedro Tunessi por la mayoría, y Ricardo Barrios Arrechea por la minoría.
La medida fue rechazada por los tres radicales expulsados y por De Loredo, además del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, así como también los legisladores de esa provincia Lisandro Nieri y Pamela Versay.
Campero anticipó que apelará su expulsión ante las autoridades partidarias para “poner en evidencia que Lousteau y compañía son una banda que le hace daño al radicalismo”.
En ese sentido acusó a Lousteau y a Manes, cuyo hermano Gastón preside la Convención Nacional, de tener “una visión totalmente errada, muy cerca del kirchnerismo”. Recordó que en Diputados solo votaron contra la Ley Bases Facundo Manes y Pablo Juliano y el senador Martín Lousteau.
“Estamos frente a personas a las que no les gustó que logremos empujar al Gobierno en momentos claves. De hecho, nos quieren echar por darle al presidente Javier Milei las herramientas para sostener el equilibrio fiscal”, agregó.
En sus dardos contra Lousteau y Manes, Campero expresó: “Nosotros no somos desestabilizadores (como ellos). Nosotros queremos un país para nuestros hijos”.
De Loredo dijo que la medida partidaria es “ilegítima, arbitraria y parcial” por parte de “un tribunal de conducta que parece más abocado a una interna que al rol que debe cumplir”.
“Con un bloque escindido en Diputados y con senadores y diputados que en reiteradas ocasiones tomaron posturas distintas a sus bloques, selectivamente se busca castigar solo a unos. El partido chico, cerrado, burocrático, incoherente y con doble moral no le sirve a nadie”, destacó en una publicación en la red social X. .
Cornejo, por su parte, señaló que la decisión de expulsar de la UCR a esos tres legisladores “no solo es completamente equivocada, sino que además demuestra que la conducción partidaria, que promovió esta idea, piensa en un partido chico, alejado de la histórica tolerancia democrática de la UCR, de nuestros simpatizantes en todo el país, de nuestros principios y nos aleja de nuestro electorado”.
Fuente: Noticias Argentinas