La implementación de la receta electrónica en Argentina está programada para entrar en pleno vigor desde el 1 de enero de 2025, con un cambio significativo en el sistema de salud. Con la eliminación de las recetas en papel, reemplazándolas por un formato digital, se busca mejorar la seguridad, eficiencia y transparencia en la prescripción de medicamentos.
La reglamentación de la Ley entró en vigencia el 1 de julio de 2024, otorgando un periodo de 180 días para que las plataformas de prescripción y los repositorios electrónicos se ajusten a las nuevas normativas.
Es así que la Resolución 5744/2024 del Ministerio de Salud promete que las recetas electrónicas permitirán un proceso más controlado y accesible para pacientes y profesionales.
Sin embargo, uno de los principales obstáculos que se presentan con esta transición es la necesidad de una integración efectiva entre las plataformas de prescripción y las farmacias. Para ello, se requiere que todos los sistemas informáticos estén conectados a repositorios electrónicos que validen y almacenen las recetas.
Por su parte, la adhesión a esta normativa ha variado entre las distintas provincias argentinas. Hasta ahora, 17 jurisdicciones han adoptado leyes relacionadas con la receta electrónica, mientras que otras aún están en proceso de adaptación o carecen de legislación específica.
Esta diversidad en la implementación puede generar desafíos en la uniformidad del sistema a nivel nacional. Por tal motivo, el Ministerio ha creado un registro de plataformas aprobadas para garantizar que solo se utilicen sistemas seguros y homologados.
Entre los beneficios más relevantes de la receta electrónica se encuentra la reducción de errores médicos. Al eliminar las recetas manuscritas, se disminuyen los problemas derivados de la ilegibilidad o posibles manipulaciones. Cada receta estará vinculada a un profesional habilitado, lo que añade un nivel adicional de confianza tanto para pacientes como para farmacias.
Además, la trazabilidad de los medicamentos prescritos es uno de los principales puntos que buscan con la medida. Con el sistema electrónico, cada receta podrá ser seguida desde su emisión hasta su dispensación en farmacia. Esto no solo facilita el control del uso de medicamentos, sino que también permite una respuesta rápida ante cualquier irregularidad o incidencia, como intentos de falsificación o duplicación.
Desde lo administrativo, la digitalización del proceso elimina muchos trámites burocráticos asociados a las recetas en papel, ahorrando tiempo y recursos tanto para pacientes como para proveedores de servicios de salud. Los profesionales podrán acceder rápidamente al historial médico y farmacológico de sus pacientes, lo que les permitirá tomar decisiones más informadas sobre tratamientos y evitar interacciones peligrosas entre medicamentos.
Al ser un sistema completamente digital, se generará un registro detallado sobre todas las recetas emitidas, lo cual facilitará el trabajo de los organismos reguladores al monitorear el cumplimiento normativo y detectar patrones anómalos en el uso de medicamentos. Esta visibilidad también puede aumentar la confianza pública en el sistema sanitario.
receta electrónicaFuente: Infobae