Una misma economía, dos miradas totalmente opuestas. Este lunes comenzó oficialmente el paro de cosecha en Misiones, con el que los productores yerbateros buscan “presionar” a la industria para lograr un “precio justo” por la materia prima. La medida de fuerza también apunta a que el Gobierno nacional restituya las facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y que vuelva a fijar los valores, tal como ocurría antes del mega decreto desregulador 70/23 de Javier Milei.
A lo que apuntan los productores es lograr un faltante de materia prima, que les permita tener una ventaja a la hora de negociar los valores. Sin embargo, esto parece estar muy lejos de ocurrir.
Por un lado, los industriales marcan que durante el 2023 se stockearon los suficiente como para estar entre 7 y 8 meses sin tener que comprar hoja verde o yerba canchada.
El otro reclamo de los productores para que la Casa Rosada restituya las facultades del organismo yerbatero, parece una utopía aún más lejana. En las últimas horas, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, no solo volvió a celebrar el presente del sector yerbatero, sino que reveló que buscarán darle el golpe de nocaut al INYM eliminando el sistema de estampillas.
En una entrevista este último domingo con La Nación+, el funcionario, uno de los más cercanos a Javier Milei, dijo eufóricamente que desde el DNU hasta acá el precio de la yerba bajó un 30%. Está caída que mencionó no se vio reflejado en los mostradores, pero sí en lo que recibe el productor por la materia prima.
Es que la yerba se caracteriza por ser un mercado con muchos vendedores (más de 12 mil familias de productores) y pocos compradores. Como la desregulación se dio también en una época con cosechas superiores a años anteriores, las industrias aprovecharon para pagar menos de lo que hacían hasta ese momento y empezaron a abonar con pagos con cheques posdatados de entre 30 y 60 días.
Según Sturzenegger, el INYM transformaba una “industria competitiva” en una “monopólica”. “Donde no tenemos competencia, no tenemos competencia. Y donde tenemos competencia, creamos monopolios. Eso hacía el Instituto de la Yerba”, remarcó.
Luego, destacó: “El Instituto (INYM) dejó de fijar el precio y los precios cayeron 30%. Es algo muy importante”.
El funcionario celebró también durante la entrevista la eliminación de “la hoja de la ruta yerbatera” donde el INYM controlaba la trazabilidad del producto. “Había una resolución de la AFIP que decía que vos tenías que tener un cuadro duplicado cada vez que movías yerba, un paquete de yerba, un camión. Mandabas el camión, el camión tenía que volver a traerte el papel. Kafkiano. Entonces hablé con la directora del ARCA (exAFIP) y lo sacamos”.
Sin embargo, no fue el único ejemplo. También festejó la suspensión de la resolución dela Resolución N° 170, con la que el INYM limitó las nuevas plantaciones para evitar una “superproducción que derrumbe los precios de la materia prima”; medida que fue duramente rechazada por la industria y el Gobierno de Corrientes.
Según explicó, otro marco normativo impedía incrementar la producción. “Argentina es un país donde vos querés acrecentar la producción y el Estado te dice que no lo podés hacer”, apuntó.
Estampilla, en riesgo
Sturzenegger anticipó que ahora buscará eliminar la “estampilla yerbatera”, que van pegadas en todos los paquetes que se distribuyen en el mercado. Este sello tiene como objetivo garantizar la calidad del producto, promover su trazabilidad y combatir el comercio ilegal; y es la principal fuente de ingreso del organismo.
“Todavía no la sacamos porque eso necesita el Congreso”, aclaró.