El joven que fue detenido por una patrulla de la Dirección Agrupación Motorizada de la Unidad Regional X durante la noche del sábado 5 de octubre junto a Fernando Javier Ramírez, fallecido pocas horas después en dudosas circunstancias en una celda de la comisaría Décima en el barrio A3-2, no se presentó a declarar ayer en el Juzgado de Instrucción 6 que lleva adelante la investigación.
El muchacho de 26 años estaba notificado como el primero de los cuatro testigos citados a dar su versión ante el juez Ricardo Walter Balor, sobre lo ocurrido en plena calle del barrio Fátima cuando la policía lo detuvo sin causas aparentes, al igual que Ramírez, ninguno de los dos en situación de flagrancia de delito y ambos con sus documentos de identidad. Vale remarcar que circular sin identificación tampoco es motivo de detención ni de sospecha delictiva.
Los restantes testigos llamados a declarar, deberán concurrir el lunes y martes, y también estuvieron como detenidos en la comisaría Décima de la UR-X durante la noche y madrugada en que Ramírez fue llevado allí y luego falleció por una presunta convulsión por tragar, según la policía, una bolsa con cocaína.
Lo único claro en torno a la muerte de Fernando Ramírez, es que fue detenido sin motivo alguno, ya que se informó desde la fuerza de seguridad que fue demorado por no llevar consigo documento que acredite su identidad.
Resulta más polémico y confuso que no solo fue ilegal la causa esgrimida sino que tampoco fue cierto que no llevara identificación encima, porque al entregarle el cuerpo a su padre, Ramón Ramírez, le devolvieron su teléfono celular y billetera con el DNI, entre otras identificaciones.
La policía apunta a que Fernando Ramírez fue interceptado en el cruce de las calles Georgias del Sur y 10 de Junio por una patrulla de la Dirección Agrupación Motorizada (DAM) y que el muchacho habría tragado una bolsa con cocaína lo que le provocó pocos minutos después una muerte súbita.
Los familiares remarcan una situación distinta y sostienen que Fernando tenía golpes por todo el cuerpo. También destacaron que no era un joven con problemas con la Justicia, ya que se dedicaba a trabajar como recolector de basura para la comuna de Garupá y cumplir labores de albañilería en el ámbito privado.
“A Fernando lo molieron a golpes, yo vi su cuerpo antes de velarlo (…) Tenía los testículos destrozados, hematomas y lesiones por todo el cuerpo. No entendemos el morbo de detenerlo y golpearlo de esa manera. La mayoría de los jóvenes que detienen acá te repiten lo mismo, que es habitual o normal que te golpeen, que te obliguen a desnudar en la comisaría y hagan eso. No entendemos esa manera de actuar y matar”, manifestó durante la marcha de reclamo de justicia del viernes, Sandra Barrios, referente en Fátima y dirigente de uno de los equipos de fútbol en los que el joven se desempeñaba como arquero.
Respecto al testigo que ayer faltó a dar su versión, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN manifestaron que en el sumario con las actuaciones de la comisaría Décima consta una declaración en la que detalla las circunstancias de la detención. Asegura que a las 22 del 5 de octubre se cruza con Fernando Ramírez en la calle y que como lo conocía del fútbol y el barrio lo saluda y cruzan pocas palabras en el instante que los policías motorizados irrumpen y los obligan a tirarse al piso y los esposan sin causa y mucho menos por un intento de darse a la fuga.