“Fernando laburaba todo el día y jugaba al fútbol cuando tenía tiempo, le apasionaba atajar. Era recolector de basura de la Municipalidad de Garupá y criaba tres hijas. Era un amigo del barrio, no se drogaba, no robaba, no andaba en nada malo. Queremos que se investigue porque la muerte por sobredosis no es cierta y acá sabemos que la policía detiene a cualquiera de noche y sin argumentos, a los que vuelven de trabajar los paran como sospechosos de algo e incluso a muchachos que los mismos de la patrulla conocen de jugar a la pelota”.
La descripción de Fernando Javier Ramírez (30) y el contexto de su detención y muerte, hace una semana en el barrio Fátima y comisaría Décima en la zona sur de Posadas, se replicó este viernes antes y durante la marcha que se realizó para exigir a la Justicia el esclarecimiento.
“Con lo que le pasó a Fernando ahora todo nos hace dudar de la policía. Anoche cuando organizábamos la marcha acá en el tinglado del polideportivo a 50 metros de la comisaría Decimocuarta a dos chicos los paró un patrullero cuando volvían a su casa bajo la lluvia”, relató Sandra Barrios, amiga de Fernando Ramírez y quien encabezó la manifestación de ayer hasta la seccional Décima en el barrio A3-2 a veinte cuadras del cruce de las calles Georgias del Sur y 10 de Junio en el barrio Fátima donde fue detenido hace siete días el joven que murió pocas horas después y hasta hoy lo único claro es que se informó que fue demorado por no tener documento y a su padre, cuando retiró el cuerpo la policía le devolvió su celular y billetera con el DNI.
“A Fernando lo molieron a golpes, yo vi su cuerpo antes de velarlo y su padre también lo dijo porque observó lo mismo. Tenía los testículos destrozados, hematomas y lesiones por todo el cuerpo. No entendemos el morbo de detenerlo y golpearlo de esa manera. La mayoría de los jóvenes que detienen acá te repiten lo mismo, que es habitual o normal que te golpeen, que te obliguen a desnudar en la comisaría y hagan eso. No entendemos esa manera de actuar y matar”, manifestó a PRIMERA EDICIÓN Barrios, joven referente en el barrio Fátima y dirigente de uno de los equipos de fútbol, “Fátima City”, que integraba la víctima fatal.
“Fernando colaboraba en todo lo que necesitábamos en el barrio. Fue papá, hijo, hermano, amigo, marido, empleado, todo lo hizo sin problemas, se esforzaba un montón. Lo veíamos en la cancha ‘El Güembé’ cada vez que podía participaba en los torneos que hasta los policías juegan, de futsal o en la cancha de tierra o fútbol cinco”.
“Yo recibí el domingo a la tarde en la comisaría Décima un papel con la foto impresa del documento de Fernando. Es decir, lo detuvieron con el DNI encima y mintieron que se lo llevó la patrulla de la Motorizada porque estaba indocumentado. Nos quieren engañar, nos avasallan los policías porque no sabemos cómo ellos actúan. Lo que sabemos y podemos decir es que Fernando tenía su documento y le pegaron mucho, lo molieron a golpes. Se lo llevó la Motorizada y no pensamos que no lo íbamos a volver a ver”, enfatizó Barrios.
“Fernando se reía todo el tiempo, lo querían todos, no se peleaba con nadie, no tenía nada malo. Los chiquitos lo miraban y se sacaban fotos porque era el arquero de varios equipos y ganó varios campeonatos barriales. Queremos que la Justicia cumpla con el pedido del padre de Fernando (Ramón Ramírez) y que se haga otra autopsia y que busquen a los culpables. La autopsia del domingo pasado la hicieron en cuatro horas y solo dice muerte súbita por intoxicación con cocaína. Queremos que se explique por qué estaba golpeado”.
Ramón Ramírez se comunicó nuevamente con PRIMERA EDICIÓN desde San Vicente, donde trabaja y reside, y dijo tras la marcha: “Esperamos ahora que el juez (Ricardo Balor) actúe y descubra a los policías que mataron sin piedad a mi hijo. La detención de mi hijo fue ilegal”.
La semana próxima se tomarían las primeras declaraciones en el Juzgado de Instrucción 6 a los testigos de la detención y muerte de Fernando el sábado 5 de octubre.