Cuando de datos económicos y financieros se trata, la discusión sobre los números no tiene discusión posible, pero frente a lo evidente, siempre surgen formas de interpretación de acuerdo a la vereda desde la que se observe.
El Gobierno afirma, por ejemplo, que la inflación baja, incluso dice el presidente Javier Milei que en realidad es de apenas 1% amparado en datos que no se observan en el plano real. Ello explicaría la efusividad del oficialismo que afirma todos los meses que la recesión se terminó.
El trabajador promedio, el jubilado o el desempleado, en cambio, podrían situarse al otro lado del mostrador y advertir que, en realidad la inflación sigue subiendo a un ritmo de 3,5% mensual, con lo que los ingresos aún no la empatan. Ello explicaría el pesimismo sobre el estado de las cosas y el voluminoso índice de pobreza que creció furiosamente en pocos meses.
Vayamos a otro ejemplo. El Gobierno sostiene que lo peor ya pasó y para eso relata que el indicador que mide la actividad económica sumó dos meses consecutivos con datos positivos, 1,5% en julio y 0,2% en agosto, de acuerdo a la información ofrecida ayer por el INDEC. El emprendedor argentino promedio bien podría ubicarse en la vereda opuesta y advertir que, contra julio, la actividad económica de agosto volvió a caer, que se acerca al 4% interanual y que, en lo que va del año, la retracción supera el 3,5%.
En el mismo sentido, el Gobierno se recostaría en los cinco rubros que mostraron datos positivos en agosto: pesca, explotación de minas y canteras, agricultura, ganadería, caza y silvicultura. El emprendedor, al que ahora Federico Sturzenegger le dice que no debe pedir reducción de impuestos, bien puede argumentar que son diez los sectores de actividad que registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destacan construcción (-18,0%), comercio (-7,9%) e industria manufacturera (-6,7%), entre otros.
La cuestión entonces es desde qué lado observar la historia para tener una fotografía completa. La macro, en la que habita un mínimo porcentaje con amplios volúmenes de ganancias, celebra el estado de las cosas. En la micro, en tanto, donde residen más de 40 millones de argentinos, sigue esperando promesas de campaña.