Lucas Henrichson apostó a la familia, a construir junto a su pareja Lucía, un espacio mejor para su pequeño hijo, cuidando de la tierra, procurando una producción libre de agrotóxicos y autosustentable, por eso dejó el tabaco y su día gira en torno a la huerta en Monte Alto, paraje de San Vicente que sabe de vistas para maravillarse.
Son muy jóvenes, él tiene 29, ella 23; y no le temen al trabajo. “Hace alrededor de un año comenzamos a trabajar con verduras y unos seis meses con la feria, me dedicaba al tabaco, pero hace tiempo ya que lo suspendimos”, reconoció el productor.
“Tenemos lechuga, repollo, todo lo que es de hoja, además zanahoria, remolacha, rabanito, espinaca, brócoli, coliflor, ajo… A veces siembro y repico, en otras ocasiones compramos mudas”, contó Lucas y agregó que la idea es diversificar, por eso también tienen frutales, injertos, como naranja ombligo, pomelo, quinoto, durazno, ciruela, “todo recién plantado. Además, tenemos como proyecto plantar un cuadro de banana, para ir teniendo de todo un poco, para ir sumando, la idea es producir y llevar a la feria, pero son inversiones a no tan corto plazo”.
“También sembramos flores para que ayuden a atraer insectos benéficos”.
Tomate y morrón son otras opciones a las que apuestan, por eso trabajan en la construcción de un nuevo almácigo, “con cada invernadero vamos descubriendo cosas y mejorando, como la altura”, destacó el joven. Mientras aguardan el momento de plantar pepino, en un espacio que ya fue acondicionado, con riendas, el año pasado.
“La siembra y el trasplante varían según la zona, hay lugares donde no afectan las heladas”, dijo Lucas y adelantó que una vez que mermen los fríos, tienen intención de sumar algunos cultivos entre la yerba, sobre todo los que demandan más tiempo hasta la cosecha, para optimizar los espacios y rotar las plantaciones”, confió.
En cuanto a las semillas, observó que en ocasiones las obtienen a través de Agricultura Familiar o la Municipalidad y “eso nos ayuda mucho”. Y reconoció que uno de los problemas principales con que se encontraron es la falta de agua, “cuando hay escasez afecta muchísimo, por eso estamos preparando reservorios, para estar prevenidos”.
E hizo hincapié en que la “venta más grande está en la feria, donde lo que más se vende es verdeo, perejil, orégano y lechuga; nuestra idea es aumentar la producción para abastecer también a los mercados”, dijo el productor que trabaja con su familia y, cuando es preciso, “tengo un amigo con el que hacemos cambio de jornal, él me ayuda y yo lo ayudo, porque es muy difícil encontrar mano de obra hoy, hay que trabajar con gente de confianza”, destacó.
Lucas y Lucía tienen grandes proyectos, todos con un mismo denominador, ser libres de agrotóxicos.