La Agricultura Familiar en la provincia de Misiones se ha consolidado como un modelo ejemplar de desarrollo productivo, económico, social y ambiental. Este modelo incluye a todos los actores de la ruralidad, la periurbanidad y las comunidades de Pueblos Originarios, y ha sido reconocido formalmente en la Ley de Agricultura Familiar (Ley VIII-69). Esta legislación protege y fomenta un sector clave para la identidad y sostenibilidad de la región.
El camino hacia este reconocimiento no ha sido fácil. Durante más de dos décadas, la Agricultura Familiar en Misiones ha atravesado una serie de desafíos y transformaciones que la han posicionado como un referente a nivel provincial y nacional. Un momento crucial en esta evolución se dio en 1995, un año marcado por una profunda crisis económica que afectó gravemente a los pequeños productores.
El 25 de agosto de 1995, en respuesta a estas dificultades, nacieron las ferias francas en Misiones. Este acontecimiento no solo fue un punto de inflexión, sino que marcó el inicio de una nueva era: el “tiempo de los pequeños”. Los agricultores familiares, que en ese momento cultivaban yerba, té, tabaco y tung en pequeñas superficies, comenzaron a diversificar su producción y a buscar nuevas alternativas. Las ferias francas se convirtieron en espacios de encuentro directo entre el campo y la ciudad, permitiendo que los productores ofrecieran alimentos frescos y de calidad a precios justos, directamente a los consumidores.
Este proceso fue posible gracias al apoyo incondicional de las autoridades locales, en particular de Carlos Rovira, quien en ese entonces era intendente de Posadas. Con una visión clara y un compromiso decidido con el desarrollo de la provincia, Rovira desempeñó un papel crucial en la implementación de políticas públicas que favorecieron la diversificación productiva, el agregado de valor y la comercialización directa. Su gestión como gobernador y luego como presidente de la Legislatura Provincial fue igualmente fundamental, promoviendo la sanción de la Ley de Agricultura Familiar y la creación de una Secretaría con rango ministerial dedicada a apoyar a las familias agricultoras.
Hoy en día, la Agricultura Familiar en Misiones es un verdadero modelo a seguir. Estos agricultores no solo producen alimentos sin el uso de agroquímicos, contribuyendo a la salud y al bienestar de la población, sino que también protegen la biodiversidad, generan autoempleo y dinamizan la economía interna. Este modelo, basado en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, es un claro ejemplo de cómo la agricultura puede ser una herramienta poderosa para el desarrollo integral de una región.
Sin embargo, al igual que otros agricultores en Argentina y el mundo, los productores familiares en Misiones enfrentan hoy nuevos retos. La innovación, la digitalización y la incorporación de los llamados “neoagricultores” son desafíos que deben abordarse para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del sector. Estos nuevos agricultores, a menudo jóvenes y con formación técnica o académica, traen consigo nuevas ideas y tecnologías que pueden revitalizar la agricultura familiar y prepararla para el futuro.
Es un motivo de alegría que un diario tan prestigioso como PRIMERA EDICIÓN haya elegido la Agricultura Familiar como tema central de este suplemento especial. Esta decisión no solo pone en valor el trabajo incansable de nuestras familias agricultoras y de los Pueblos Originarios, sino que también destaca el papel de las comunidades periurbanas y urbanas en este proceso. Hoy en día, es común ver a familias en zonas urbanas que desean producir una parte de sus propios alimentos, un fenómeno que refleja el creciente interés por la autosuficiencia y la conexión con la tierra.
Los testimonios que se presentan en este suplemento nos llenan de orgullo y nos invitan a reflexionar sobre lo que somos como provincia. La Agricultura Familiar es, sin duda, una de nuestras pequeñas-grandes riquezas, un modelo político y social que ha sabido valorar lo local, promoviendo un desarrollo integral y sostenible para todos.
En conclusión, la Agricultura Familiar en Misiones no es solo una actividad económica, sino un verdadero modelo de vida que integra las dimensiones productiva, económica, social y ambiental. Gracias al apoyo constante de políticas públicas visionarias y al esfuerzo diario de los agricultores, este modelo sigue evolucionando, enfrentando nuevos desafíos y abriendo nuevas oportunidades para las futuras generaciones.