Luego que las asociaciones que agrupan a productores e industriales de la madera salió a advertir la fuerte crisis que tiene el sector, sin un horizonte de mejora, se sumó el Sindicato de Obreros y Empleados de la Madera de Eldorado (SOIME).
Su titular, Domingo Paiva fue muy crudo en las declaraciones realizadas a Canal 9 Norte Misionero, donde explicó la pérdida del poder adquisitivo de los afiliados y, lo que es peor aún, la posibilidad de la pérdida de la fuente de trabajo, a partir del parate que tienen las empresas del Alto Paraná misionero.
Para el dirigente sindical, “lamentablemente es muy difícil la situación”. Sostuvo que si los empresarios salieron a expresar preocupación “… imagínese cómo deben estar los trabajadores que viven, únicamente, de su salario” ya que “no tenemos alternativas, no se vislumbra absolutamente nada”, aseveró apesadumbrado.
Domingo Paiva afirmó que, además, el panorama es más complejo porque “nos ponen techo para las paritarias, prohibiendo prácticamente conseguir un porcentaje mayor a la inflación publicada por el INDEC (…) así que la situación es desesperante”. A ello, se suma la imposibilidad que algunas empresas anticiparon de poder hacer frente a un incremento salarial en estos meses donde la producción está parada en un gran porcentaje.
El titular del SOIME añadió que “estamos con más del 20% del poder adquisitivo perdido y con eso también la canasta familiar que sabemos que todos los días suben los precios”.
Desde las cámaras empresarias indicaron que el objetivo es mantener el plantel de trabajadores adoptando diferentes tipos de medidas. Pero Paiva se mostró cauteloso al momento de analizar cuánto tiempo más algunos privados del sector forestoindustrial pueden aguantar la plantilla sin despedir gente, al no aparecer incentivos para retomar la producción, especialmente la obra pública que sigue siendo el gran motor de empleo.
El titular del Sindicato de Madereros de Eldorado contó en la charla que “hay un 50% de trabajadores que está con distinta clase de reducción de jornada laboral, ya sea por convenio o de acuerdo particular. Mientras que un 50% trabaja con la carga horaria mínima, que es de lunes a viernes durante 8 horas”.
Este último grupo, precisó Paiva, abarca a poco más de 800 obreros distribuidos en diferentes empresas de la jurisdicción del gremio que dirige en los departamentos Montecarlo, Eldorado, San Pedro y San Vicente.
Paiva advirtió una dificultad para poder sortear este momento, debido a que “la parada de la obra pública -por decisión del Gobierno nacional- es el peor castigo que tenemos, porque el 70% de la producción de la forestoindustria de Misiones va a parar a la obra pública”.
“Si bien, se ha anunciado una reactivación, todavía resulta insuficiente para alcanzar una recuperación plena”, explicó.
Finalmente, expresó que hay temor que surja en el corto plazo una posible decisión de reducir la jornada laboral, una suspensión de actividades o el dictado del procedimiento preventivo de crisis.
Para Paiva, la profundización de este escenario serviría para que se proponga “el despido de la gente, achiquen, y vuelvan a tomar con la nueva modalidad de contrato de trabajo que es mucho más liviano para las empresas”.
Advertencia de FAIMA por la crisis
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) se sumó a las organizaciones que vienen advirtiendo una fuerte caída de la actividad en todo el país.
“Durante el primer semestre del año, se ha observado una significativa caída tanto en la producción como un incremento en los costos, afectando a todos los sectores de la cadena productiva”, sostuvieron desde la organización.
Puntualmente, mediante un comunicado, la entidad sostuvo que “la reducción en la actividad es notable en áreas clave como los aserraderos, la fabricación de muebles, la industria de tableros, y la construcción con madera y carpintería”.
Agregaron que “según datos recientes, la primera transformación ha experimentado una disminución interanual del 20%, con pequeños y medianos aserraderos reportando caídas de hasta el 40%. En el sector de muebles, la producción ha caído un 37% interanual, afectando gravemente a las PyME, muchas de las cuales se encuentran en localidades del interior del país y son fundamentales para el empleo local”.
La entidad explicó que “uno de los principales problemas señalados por FAIMA es el incremento de los costos productivos, que ha alcanzado un promedio del 500%. Este aumento abarca desde insumos hasta servicios públicos, dificultando la sostenibilidad de las empresas en un contexto económico recesivo”.
Además, expresó “su preocupación ante la posible eliminación de reglamentos técnicos esenciales para garantizar la calidad y seguridad de los productos de madera y construcción”.
Finalizó advirtiendo que “es crucial trabajar conjuntamente con el sector público para encontrar soluciones que permitan la continuidad económica de las empresas del sector, lo cual tendrá un impacto positivo en el empleo y la actividad económica”.
“La estabilidad y crecimiento del sector maderero, que emplea a más de 60.000 personas de forma directa y un número similar de manera indirecta, son vitales para el bienestar de nuestras comunidades y economías regionales”, indicó.
Finalmente la Federación reafirmó su “compromiso con la calidad y seguridad en la producción de madera y productos derivados, y aboga por la preservación de las normativas técnicas que aseguran estos estándares. La Federación continuará trabajando para superar los desafíos actuales y asegurar un futuro sostenible para la industria”.