“Siempre me dice que a él no le importa el tiempo que esté preso, que cuando salga me va a buscar y me va a matar”, dijo una joven de 29 años ante la guardia de turno de la Comisaría de la Mujer de Puerto Rico.
Atemorizada y también temiendo por lo que pueda pasarle a su hijo menor, la denunciante aseguró que durante más de un año soportó golpizas y maltratos, que era hora de ponerle freno.
Ante estos dichos, la Justicia le impuso una orden de restricción al acusado, quien resultó ser un penitenciario provincial en actividad. Al momento de notificarle al denunciado la prohibición de acercamiento, los policías vivieron en persona de lo que podría ser capaz. Todo ello fue más que suficiente para que el juez de Instrucción 1 de Puerto Rico, Leonardo Manuel Balanda Gómez, y el fiscal Héctor Simon resuelvan la prisión preventiva.
La defensa del individuo solicitó su excarcelación, le fue denegada. En las últimas horas también apelaron la resolución que lo mantiene privado de su libertad, cuestión que será definida en última instancia por la Cámara.
“Estoy comiendo un asado”
La actitud que se le reprochó desde la Justicia al acusado, de 27 años, y por la cual le fue dictada en forma reciente la prisión preventiva, se remonta al pasado domingo 19 de mayo, alrededor de las 11.30, luego de que su expareja lo denunciara.
Según el auto de procesamiento a esa hora los policías fueron a notificarle en un inquilinato de Puerto Rico las medidas cautelares dispuestas por el Juzgado de Familia y Violencia Familiar 1, de prohibición de acercamiento respecto a su ex y al hijo menor de la misma, como así también la exclusión del hogar.
El penitenciario recibió a los uniformados diciéndoles “otra vez ustedes molestando, no es hora ni lugar porque estoy comiendo un asado con mi viejo”, negándose a notificarse. Acto seguido, el sospechoso se dirigió en su vehículo particular y solicitó a los efectivos que lo siguieran. Fue hasta el barrio San José de esa misma localidad, más precisamente hasta la casa de su expareja.
Apenas descendió del rodado amenazó a un vecino que presenció la situación y le gritó txt “que mirás hijo de puta, muerto de hambre, no servís como vecino” como incitándolo a pelear, siempre en base a la resolución.
Seguidamente, golpeó con sus puños la puerta de la casa de la mujer y cuando la dueña de casa lo atendió le manifestó txt: “sabes bien lo que te va a pasar por denunciarme… si me notifican una denuncia o una perimetral yo voy a salir y te voy a prender fuego a vos y a tu hijo o te voy a picar en pedacitos y te voy a meter en una valija y tirar al río”, a lo que además habría arrojado un objeto, presumiblemente un juego de llaves, hacia la joven, por lo cual, el mencionado personal policial, que habría presenciado el total de la situación, procedió a su detención, según la misma fuente.
En su denuncia la mujer dijo que “desde hace un año me viene diciendo que me va a matar de distintas formas si lo denuncio. En reiteradas oportunidades me golpeó”.
Ello fue ratificado ante estrados judiciales, el pasado 30 de mayo. La víctima agregó “yo quería que él se retire de mi casa, dijo que me iba a prender fuego a mí y a mi hijo juntos, me iba a picar en pedacitos, me iba a meter en una valija roja que tengo dentro de mi pieza, y me iba tirar al río. Todos los días me golpeaba, me arrancaba el pelo, me arrastraba por la casa. Me agarraba por el cuello. Había días que no podía mover el cuello de tanto dolor, me dejaba moretones, tenía que usar remeras largas y pantalones largos. Me decía que él más que nadie sabe lo bien que iba a estar dentro de una cárcel, que iba a tener comida, todo. Que él se iba a comer una perpetua pero que mi foto iba a aparecer en todos los noticieros”.
Un testigo clave declaró que escuchó al acusado decir: “Si esta me denuncia la voy a matar, aunque me coma una perpetua”.
El acusado declaró en indagatoria y habría negado las amenazas y haber arrojado un manojo de llaves a la joven, ya que habría referido que éstas “se le cayeron”.