Un hombre de 54 años fue condenado a seis años de prisión tras admitir mediante un juicio abreviado su culpabilidad en el intento de ingresar ilegalmente al país armas de guerra de origen turco y a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
La medida judicial se concretó este último jueves en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, donde intervino con el objeto de dictar sentencia de manera unipersonal el juez de Cámara Enrique Jorge Bosch. El imputado firmó el acuerdo de monto de pena asistido por su defensa oficial y ante la Fiscal General Vivian Andrea Barbosa. En representación de la AFIP (parte querellante) estuvo presente la letrada Rossana Beatriz Sienra.
El acusado, quien se domiciliaba en Posadas al momento del hecho y es oriundo de Rosario (Santa Fe), actualmente está detenido en la Prisión Regional del Norte (Unidad 7) del Servicio Penitenciario Federal, en la provincia de Chaco.
El caso se remonta a las 23.30 del domingo 29 de julio del año pasado, cuando el involucrado fue detenido en la cabecera argentina del mencionado viaducto internacional a bordo de un automóvil Ford Ka gris oscuro, intentando contrabandear, desde Encarnación, Paraguay, doce armas de guerra de origen turco que, presumen las autoridades, tenían Brasil como destino.
El arsenal encontrado, que pretendía ingresar a la Argentina, y que constaba de 8 fusiles/escopetas semiautomáticos y 4 pistolas, en ese entonces tenía un valor estimado en más de 10 millones de pesos, una cifra moderada que podría ser muy superior actualmente y más aún en el mercado negro.
Conducta sospechosa
Aquella noche y al revisar el vehículo en forma rutinaria, un agente aduanero alumbró con una linterna el orificio de salida del cinturón de seguridad, lado del acompañante, donde advirtió la presencia de un elemento envuelto en papel film.
A todo esto, detectaron un nerviosismo en la conducta del chofer a la hora de dar respuestas. Reiteraba que era residente de la zona e insistía con que no tenía nada para declarar. “Se mostraba ansioso y evasivo”, informó la División Aduana de Posadas en ese entonces.
Como consecuencia, durante la inspección manual del rodado, las autoridades fronterizas advirtieron signos de reparaciones recientes y además, que el sector del baúl no era acorde al modelo original del auto. Por lo tanto, procedieron a convocar a fuerzas de seguridad y al escaneo del Ford Ka mediante rayos X.
El análisis arrojó como resultado la detección de un espacio o doble fondo ubicado en el sector trasero, disimulado con el gran paragolpes que presenta ese modelo de automóvil en particular. Además, se reveló que en el interior del mismo había mercaderías ocultas: sin poder precisar de qué se trataba, en los paneles laterales había formas extrañas. Al revisar exhaustivamente se descubrieron armas de fuego, todas de origen turco.
Se trataba de cuatro pistolas semiautomáticas Canik, modelo TP 9 con accesorios y de siete fusiles /escopetas semiautomáticas Deyra, modelo DR90 con accesorios y un fusil/escopeta semiautomático marca BCM, modelo XM 15-25 con accesorios. Las armas fueron clasificadas legalmente como de uso civil condicional y armas de guerra, éstas últimas de uso exclusivo de las fuerzas armadas y fuerzas de seguridad; y que, de la prueba de aptitud y funcionamiento, la totalidad resultan aptas para producir disparos.
Por otra parte, el imputado no contaba con las inscripciones y habilitaciones ante organismos competentes que lo habiliten a la importación de este tipo de mercancías.
El acusado finalmente aceptó la condena de seis años de prisión, como autor penalmente responsable del delito de “contrabando de armas en grado de tentativa”.
Con relación a las armas, accesorios y cargadores secuestrados en la causa, fueron puestos a disposición exclusiva de la ANMAC, por intermedio de la Dirección de Armas y Explosivos de la Policía