Según investigaciones, hacer ejercicio de forma regular favorece distintas funciones del cerebro, desde la capacidad de concentración, mantener la materia gris o mejorar la memoria. Además, reduce la ansiedad, alivia el estrés y previene la depresión. De acuerdo a uno de los estudios más recientes que analizaron sus beneficios, bastan solo 10 minutos de ejercicio aeróbico diarios para aumentar el rendimiento.
Una investigación de la Universidad de Illinois comparó la actividad neuronal de permanecer sentado y caminar 20 minutos (Universidad Illinois).
La investigación a cargo de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá) abarcó a dos grupos de voluntarios sanos, que se dividieron para efectuar dos tareas: unos se sentaron y leyeron una revista, mientras que otros completaron 10 minutos de ejercicio moderado y vigoroso en una bicicleta estática.
Luego de la actividad, a los participantes se les evaluó el tiempo de reacción en una prueba de movimiento ocular cognitivo, diseñada para desafiar las áreas cerebrales responsables de la función ejecutiva, como la toma de decisiones o la inhibición.
Los resultados publicados en la revista Neuropsychologia mostraron que las respuestas tras de someter al cuerpo a la ejercitación fueron más precisas y los tiempos de reacción más cortos, llegando a incrementar el rendimiento cognitivo hasta un 14 por ciento. Aunque todavía los mecanismos de esta consecuencia no son claros: la mejoría podría deberse al aumento del flujo sanguíneo o al factor neurotrópico derivado del cerebro (BDNF), que podría facilitar la actividad en la corteza prefrontal.
¿Qué tipo de ejercicio?
La aptitud física está conectada directamente a la salud del cerebro y específicamente a la capacidad de aprender.
Un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud en Estados Unidos sugirió que cuanto más se ejercita un adulto, más hace crecer a su cerebro.
La actividad física aumenta significativamente la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas experiencias.
Como resultado, el ejercicio físico estimula el crecimiento de las neuronas en el cerebro.
Por otra parte, científicos del German Center for Neurodegenerative Diseases y otras instituciones alemanas, emprendieron un trabajo que los llevó a demostrar que las personas mayores que entrenan habitualmente pueden revertir signos del envejecimiento en el cerebro.
Observaron un aumento de volumen en la región del hipocampo del cerebro, la zona propensa al deterioro cerebral relacionado con la edad que se ve afectada por enfermedades como el Alzheimer. Una respuesta que se profundizó al enfrentar un reto nuevo de baile cada semana, con rutinas y géneros diferentes que invocan a recordar coreografías bajo la presión del tiempo y sin ninguna pista del instructor.
El consenso de estudios sitúa a los ejercicios cardiovasculares como los mejores, que permiten crean nuevas células en el cerebro (neurogénesis).
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
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