El Gobierno nacional ha renovado el programa de financiación “Cuota Simple” hasta el 31 de diciembre, permitiendo a los consumidores acceder a 3, 6, 9 y 12 cuotas con una tasa nominal anual del 50%. Esta nueva etapa incluye 35 rubros, con 29 categorías preexistentes y 6 nuevas, y la resolución ya ha sido publicada en el Boletín Oficial.
El objetivo es ampliar la oferta de financiación a plazos más largos, con muchos comercios absorbiendo el costo financiero para ofrecer pagos sin interés, es decir, al mismo precio que en efectivo. Inicialmente, se había considerado extender el programa solo para ciertos rubros con precios elevados, como electrónica y línea blanca, pero finalmente se decidió ampliarlo a todos los sectores, sin subsidio de tasa del Banco Central (BCRA).
Aunque la tasa nominal del 50% es significativamente superior a la tasa de política monetaria del 40%, sigue siendo competitiva en comparación con otras formas de financiación como préstamos personales (alrededor del 80%) y tarjetas de crédito (entre 100 y 120%). En un contexto de desaceleración de la inflación y bajas tasas de interés, endeudarse a 12 meses con esta tasa podría ser beneficioso para los consumidores.
El Gobierno espera que este programa ayude a mitigar la caída del consumo en un año recesivo, anticipando una recuperación económica más tangible en el futuro. La eliminación del subsidio de tasa por parte del BCRA, que solía permitir a las entidades financieras liberar un 15% de los encajes y colocarlos en pases para mejorar la tasa, responde a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la necesidad de reducir los pasivos remunerados del Banco Central.
De hecho, la tasa nominal anual del 50% –25% mayor que la tasa de política monetaria, hoy del 40%– resulta hoy baja respecto de otras, como por ejemplo la de préstamos personales, que rondan el 80%, o las de financiación sobre tarjetas, que oscilan entre 100 y 120 por ciento.
El consumidor podría preguntarse si conviene hoy endeudarse a 12 meses al 50%, en un contexto en el que la inflación está desacelerando fuerte y las tasas también corren a la baja a un ritmo acelerado. Si el comercio absorviera ese costo y le ofreciera al cliente las cuotas sin interés, no habría riesgos para el comprador, pero también sería una buena opción si el consumidor tuviera que afrontar el costo financiero, ya que la tasa del programa se encuentra aún bastante por debajo de otras del mercado, admitieron fuentes de los bancos.
Fuente: Infobae