Los gatos, conocidos por su personalidad independiente y el cariño que brindan a sus dueños, se han convertido en una de las mascotas más populares junto a los perros. Dentro de las diferentes especies felinas, los atigrados destacan por su pelaje y patrón único, herencia de sus antepasados salvajes.
Estos felinos atigrados comparten un patrón en su pelaje de rayas marrones, naranjas y negras, reminiscente de especies salvajes como el gato salvaje africano o el gato salvaje europeo.
Gatos atigrados: ¿cuál es su historia?
La historia de los gatos atigrados se remonta a sus antepasados salvajes, pero ¿cómo llegaron a ser animales domésticos a pesar de su pasado cazador y salvaje?
Este proceso de domesticación se desarrolló gradualmente a lo largo de los años, transformando a estos felinos en los compañeros habituales que vemos en los hogares hoy en día.

Gatos atigrados: Cuáles son las principales características y qué los hace únicos
Las principales características que distinguen a los gatos atigrados incluyen su temperamento activo y cazador, herencia de sus antepasados. Son animales juguetones, compañeros de juego y poseen una agilidad e inteligencia excepcionales, lo que los convierte en grandes cazadores.
Su pelaje atigrado marrón y naranja los hace únicos entre las razas felinas y los convierte en favoritos entre los amantes de los gatos. Su belleza y temperamento los han convertido en una de las especies más comunes y apreciadas en los hogares de todo el mundo.
Curiosidades
Algunos gatos atigrados se distinguen por tener una “M” muy característica en la frente. Según una leyenda árabe, esta marca particular presente en algunos felinos tiene su origen en el profeta Mahoma.

De acuerdo con el relato, en una ocasión el profeta Mahoma estaba rezando cuando su gata Muezza se quedó dormida sobre su chilaba, así que para no despertarla cortó la tela y dejó que continuara durmiendo. Al volver a casa, el animal se le acercó y se restregó contra su cuerpo, agradeciéndole por no haberlo despertado. Mahoma acarició tres veces su cabeza y brotó de su pelaje letra M mayúscula que, según la leyenda, ostentan todos los descendientes de la gata del profeta.







