Muchas personas reciben la “visita” de los gatos de los vecinos, incluso algunos se quejan porque el vecino se hace fotos y sube al Instagram con su gato. Bueno, algo similar le ocurrió a Luis Krause que está encantado con el nuevo integrante de la casa.
Luis reconoce que “esa gata no es mía. Hace 2 años venía de la casa de mi vecino, cazaba los pajaritos que yo daba de comer, así que empezamos mal. Yo la espantaba y ella siguió viniendo a mi patio. De a poco se acercaba a mí, me rozaba su cuerpo por los pies, pasaron meses y me pedía alimento, yo le daba el de mis peces. Se pasaba el día en el muro que divide los terrenos del vecino y el mío, llegaba yo y ella venía”, cuenta su historia incluso sorprendido.
Tuvo que dejar de alimentar a los pajaritos, pero “ella me seguía por todo el patio”. Así pasó el primer año, no le dejaba entrar a la casa, yo me sentaba a mirar mis peces y ella se subía a mi regazo, a mi cabeza, yo no la tocaba”, pasó otro año. Ella ya no volvía a su casa, hablé con el vecino y le dijo que su gata ya no volvió más a su casa.
En enero de este año le permitimos que ingrese a nuestra casa, le hicimos un baño con piedras compradas, y lo usó desde el primer día, también le compré alimento para gatos, así fue que ella nos adoptó como su familia”.
Ahora Michi, “solo sale afuera si la alzo y la dejo afuera pero ella pide para entrar” y encantado confiesa que “a los 61 años por primera vez tengo gato”. Algo que ella elige hacer es lamerle la cabeza a su nuevo amo y él confiesa que: “es relajante”. ¡A disfrutarla! Gracias Luis por compartir.
Por Rosanna Toraglio.