En todo el país, el aumento sostenido de los precios impactó de forma importante en los elementos médicos, sobre todo en la parte ortopédica, con obras sociales por un porcentaje mínimo de cobertura. PRIMERA EDICIÓN recorrió algunos centros especializados de Posadas, donde una silla estándar de baja complejidad arranca en precios que rondan los 500 mil pesos, en tanto que zapatillas ortopédicas cuestan desde 200 mil pesos, dependiendo del talle y patología. Sin embargo, los costos comienzan a elevarse en otros puntos de la provincia, donde hay presupuestos de casi medio millón de pesos para una zapatilla ortopédica.
El panorama de complejiza aún más en el país, con distribuidores que comercializan sillas de ruedas posturales, para personas con discapacidad motriz, a un precio que supera los dos e incluso los tres millones de pesos. A todo esto, comercios posadeños advirtieron que en abril los costos de los productos se actualizarán y se esperan nuevos incrementos a lo largo del año. No obstante, indicaron que se pueden aprovechar los descuentos por compras por tarjetas.
Las familias que más necesitan
Desde la Fundación Ferroclub del Nordeste Argentino, que permanentemente se dedica a ayudar a familias humildes a conseguir donaciones, su presidenta Analía Colazo Bidegain contó a este Diario que “los pedidos llueven y la parte de elementos ortopédicos es una constante”. Entre las necesidades, que se ven en todo el país, llegan pedidos “de sillas de ruedas, muletas, andadores, sillas posturales”.
Sobre el panorama actual y en base a las solicitudes que reciben, explicó que “las sillas posturales de traslado, el año pasado se conseguía una usada a 60 mil pesos, pero hoy te salen medio millón. Es una suba considerable, en una economía donde se complica para adquirirla para cualquier familia”.
En cuanto a una silla nueva, los precios rondan los 3 millones de pesos, ocurre que “la mayor parte de lo que se usa son sillas importadas”. En este sentido, señaló que existen en el país fabricantes de estos productos, “donde podrían llegar a conseguir a la mitad de precio, porque tenemos una industria nacional buena, con precios accesibles”.
A su vez, algunos elementos pueden repararse, pero “todo depende del uso que le den, porque una cosa es el ámbito de la casa y otra es si tiene que ir a la escuela, por una calle de piedras o tierra, ahí tiene otro desgaste que una que solo se usa dentro de la casa”, añadió Colazo Bidegain. Sucede que con un uso constante, en una silla se pueden desgastar las ruedas y se necesitan cambiar las cubiertas.
En la alta inversión que requiere para una familia sustentar una patología, detalló que, por ejemplo, “una persona oxígeno dependiente necesita un promedio de tres millones”. De los casos que llegaron hasta la Fundación, “el otro día me pasaron presupuesto de un tubo de oxígeno a 700 mil pesos, la mochila portátil cuesta unos 300 mil pesos. También hay que rebuscarse para ver cómo hacer llegar a ese objetivo, que a veces es muy complicado”, agregó.
Por ello, algunas colectas solidarias arrancan pidiendo desde 100 pesos. En el contexto actual, resaltó que “hoy un millón de pesos no es mucho, pero para quien no lo tiene es un montón de plata”. Compartió que “los precios están por las nubes” y esto se complica aún más en los casos de chicos que necesitan medicamentos y elementos especiales, como alimentos específicos. En esto, han tenido que conformar una red de adquisición de elementos, reparación y traslado, porque pedidos de sillas de rueda, muletas y otros recursos llegan de todas las provincias hasta la Fundación.
Celebró que, en el caso de Misiones, “tenemos una provincia que se ocupa, que no sucede en otros lugares, donde es una batalla campal para que hagan algo”. Con una importante limitación en presupuesto nacional, las provincias están en alerta, sobre todo por el impacto de programas como el Incluir Salud y el reclamo de la falta de recursos: “Un medicamento oncológico, una ampolla está 4 millones de pesos y la gente no puede esperar”, remarcó Analía Colazo Bidegain.