Frente a la brutal licuación de las jubilaciones y pensiones y la incapacidad política de acordar una solución legislativa ordinaria para el problema de los haberes, el Gobierno nacional dispuso una nueva forma de movilidad atada a la inflación, pero con otro fuerte ajuste frente a lo perdido en lo que va del año.
Hacia adelante la nueva fórmula está muy lejos de compensar el poder adquisitivo perdido por los jubilados durante los últimos años porque ya parten de un haber muy bajo y eso ni siquiera se trata.
La discusión política actual estuvo centrada en la recomposición de lo perdido en enero y el 12,5% planteado por el Gobierno (contra el 20% de la oposición) lejos está de resolverlo, pero ninguno de los que pueden torcer el rumbo pone en discusión todo lo que quedó más atrás.
El cambio en el cálculo introducido por el gobierno de Mauricio Macri y la modificación dispuesta por Alberto Fernández hicieron que los jubilados perdieran más del 50% de su poder adquisitivo.
Para compensarlo habría que hablar de aumentos superiores al 110%, algo que nadie se planteó a nivel legislativo y que el Gobierno actual está lejos de contemplar en su plan de ajuste progresivo.