El empresario Daniel Funes de Rioja es presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) desde hace casi tres años. Y encabeza la Coordinadora de Industrias Alimenticias (COPAL) desde hace cuatro años. A su vez, es uno de los que dirige Laboratorios Roemmers, en la poderosa industria farmacéutica. No hacen falta muchos más detalles para explicar que se trata de uno de los referentes más importantes del empresariado.
Contra su manejo dirigencial y su relación cercana con el gobierno de Javier Milei, se posicionó el eldoradense Román Queiroz, vocal de la UIA por su carácter de presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).
En FAIMA se encuentran representados productores de envases y pallets, pisos y revestimientos, molduras, aserraderos, carpintería en general, fabricantes de aberturas, maderas y piezas para la construcción, láminas, chapas, maderas compensadas, tableros de partículas y de fibras, pellets de madera, viviendas industrializadas, muebles y demás manufacturas de madera.
El diario porteño Página/12 reveló que en la última reunión del Consejo de la Unión, el misionero lanzó una frase que se viralizó: “¿Este silencio es estratégico, negligente u obsecuente?”, en referencia a la falta de críticas de la organización frente a la profunda caída de ventas que va paralizando plantas industriales en diferentes rubros.
“Quiero saber por qué la UIA no me representa, las pymes estamos poniendo en juego nuestro patrimonio”, contó el matutino que agregó Queiroz.
Lejos de apoyarlo, contaron que Funes de Rioja y Eduardo Nougues, de la azucarera Ledesma, salieron al cruce y negaron obsecuencia. “Según contaron a este diario (por Página/12) los presentes, el también vice de UIA le dijo al maderero que el tema no estaba en el orden del día y pasaron su intervención para el final de la reunión. Terminada esa reunión, no por casualidad, la UIA salió del letargo y envió un comunicado criticando la apertura de importaciones del Gobierno y alertando de la mega crisis que enfrentan las fábricas”.
A falta de pronunciamiento de la UIA, cuyo abogado Julio Cordero asumiría como secretario de Trabajo de la Nación, en reemplazo del echado Omar Yasín; la FAIMA divulgó ayer un duro comunicado en el que advirtieron a las autoridades nacionales, provinciales, municipales, entidades empresarias y gremios “la preocupante situación que atraviesa el sector de transformación mecánica de la madera”.
Eslabones con problemas
En primer lugar, la Federación recordó que cadena productiva de la foresto industria abarca desde aserraderos hasta la fabricación de muebles, pasando por remanufacturas de madera, construcción con madera y carpintería en obra entre otras ramas.
“La composición del sector se encuentra fundamentalmente conformada por 3.500 empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, distribuidas en todo el territorio nacional, siendo pilares fundamentales de las economías regionales donde operan”, agregaron.
En ese contexto, desde la organización empresarial puntualizaron los inconvenientes que están pasando en cada caso:
• “Al analizar la primera o segunda transformación de nuestra cadena podemos observar que el nivel de actividad de los aserraderos proveedores del mercado interno han experimentado una disminución del 40% en su actividad en los últimos 60 días. En el caso del mercado externo cabe destacar que, a pesar de haber recuperado cierta competitividad en el mercado internacional gracias a la devaluación, el acelerado ritmo inflacionario ha generado un atraso del tipo de cambio real que pone en peligro la viabilidad de las exportaciones foresto industriales”.
• “El sector de fabricación de tableros contrachapados, ligado estrechamente a la industria de la construcción la cual ha sufrido una disminución del 21,7% interanual en enero de 2024, según datos del INDEC, y combinada con la reducción o suspensión de proyectos de obra pública, ha provocado una disminución de hasta el 45% en la producción, llegando al 60% en sectores especializados”.
• “En la misma línea, al analizar la evolución productiva del sector de carpintería en obra y construcción con madera se puede observar una caída del 25% en enero 2024 comparado con el mismo mes del año anterior. Esta caída se suma a una dinámica sectorial negativa que comenzó a mediados del 2023 y se ha acentuado a comienzos del presente. La disminución mencionada encuentra su explicación en la suspensión de la obra pública y nuevos planes de vivienda por un lado y la falta de firmantes en cargos intermedios que posibiliten la conclusión de las obras en curso por el otro”.
• “En cuanto al sector mueblero, la demanda interna ha disminuido debido a la caída del poder adquisitivo de los salarios y la falta de programas financieros que impulsen el consumo a mediano plazo. Esto ha resultado en una reducción interanual del 24,6% en la producción de muebles y colchones a nivel nacional en enero de 2024. El aumento de los costos de producción y la apertura comercial han agravado la crisis, poniendo en riesgo la viabilidad económica de las empresas y amenazando la generación de empleo de un sector que da trabajo a 30.000 empleos directos y unos 15.000 en forma indirecta”.
Críticas a la importación en el rubro forestal
El Gobierno nacional reveló hace apenas unos días que pretende autorizar el ingreso de importaciones de alimentos de la canasta alimentaria para bajar los precios, lo que llevó a algunos sectores a plantear reparos con la medida.
En el caso de la foresto industria, la FAIMA consideró “…importante alertar a las autoridades sobre los incrementos observados en la importación de muebles durante enero de 2024. Al efectuar el análisis se observa que algunas partidas arancelarias presentan un aumento de hasta el 191% en términos interanuales”, indicaron en un comunicado difundido este jueves.
“Esta situación sumada a la caída de la demanda mencionada anteriormente, ya está generando reducciones en las jornadas laborales, adelanto de vacaciones, suspensiones y la posibilidad inminente de despidos masivos en las empresas locales”, sentenció la Federación que preside el misionero Román Queiroz.
“En cuanto a la operatoria de nuestras empresas, seguimos con el mismo problema para importar insumos para seguir trabajando, a pesar de la implementación del nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), en pocas palabras a las PyME les cuesta mucho conseguir divisas”, advirtieron.
Finalmente, realizaron un petitorio: “En función de lo expuesto desde FAIMA consideramos imperativo convocar al diálogo con el fin de buscar planes de acción que permitan resolver esta crítica situación que pone en riesgo no solo a la industria maderera en particular, sino a la industria nacional en general”.