En medio de las negociaciones en las que requiere del apoyo de otros sectores políticos para avanzar con la ratificación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la “súper ley” con 300 cambios a la legislación vigente, el presidente Javier Milei sigue eligiendo la confrontación permanente con opositores y aliados.
La bancada radical, que miró a un costado la historia de agresiones en la campaña electoral puntualmente contra los dirigentes del partido centenario, estaba dispuesta a acompañar en un enorme porcentaje ambas leyes. Hasta que el jefe del bloque de diputados radicales, Rodrigo de Loredo, criticó las “acusaciones generalizadas que formula” e instó al mandatario a “denunciarlas e investigar” especialmente cuando mencionó las coimas.
Desde el PRO, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, también sumó su reclamo a Milei. “Es peligroso y profundamente irrespetuoso afirmar que existen intereses espurios en buscar modificaciones a la Ley Ómnibus o marcar algún desacuerdo con el DNU”, sostuvo.
Ayer, en el último capítulo conocido de las peleas mediáticas, el Presidente salió al cruce de una cuenta fake del gobernador bonaerense Axel Kicillof y dio por “oficial” lo posteado en X. A tal punto que, cuando sus seguidores le advirtieron que esa cuenta era falsa, arrobó a Kicillof y hasta dio por entendido que él habría dicho lo mismo.
Hoy, con el fuerte apoyo popular y, tal vez, con los números de legisladores de su lado, Milei aprovecha para denostar a cualquiera que intente cuestionar sus propuestas. Lamentablemente, la historia siempre mostró los terribles resultados de las grietas profundas que dividen y no suman.