Las medidas anunciadas por el presidente de la Nación, Javier Milei, tanto en el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, como en el proyecto de Ley Ómnibus que envió al Congreso generaron mucha incertidumbre e inquietud en los diferentes sectores productivos, económicos y políticos.
“No hay plata”, dijo en su momento el Jefe de Estado y los gobernadores encendieron las alarmas, ya que, además de que las políticas de desregulación desprotegían a una buena parte del sector productivo y económico, estas palabras presagiaron austeridad y suma discrecionalidad en la distribución de recursos a las provincias.
El titular de la consultora Politikon Chaco, Alejandro Pegoraro, analizó este nuevo escenario político para las provincias del Norte Grande y compartió sus reflexiones en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 7 Somos Misiones de Flow.
“Se espera un primer período de altísima incertidumbre, con todo lo que eso conlleva. Sobre todo para un país como el nuestro, que está marcado por las volatilidades”, reflexionó Pegoraro y adelantó que si bien se espera que el impacto económico de las políticas que ya empezó a aplicar Milei, no tarde en sentirse, advirtió que tanto a Misiones como a Corrientes “los encuentra mejor parados”.
“La fortaleza que tienen ambas es un bajo nivel de deuda pública, lo que no te condiciona pagos y no te condiciona compromisos para el año que viene en un contexto de estancamiento”, indicó, aunque aseguró que, en ese sentido, cada una de estas provincias tiene sus particularidades.
“Misiones tiene una fortaleza, por sobre Corrientes, que es el nivel de actividad económica propia (…) tiene una diversificación de actividad un poco más importante que, si de repente cae el comercio, por ejemplo, una merma de compradores extranjeros, la industria puede compensar esa pérdida de actividad. No solamente a partir de la forestal, la yerba mate, el té, sino también de otros tipos de industrias como la metalmecánica que viene creciendo a un ritmo importante en la provincia. Tenés el turismo que, más allá de que pueda caer por pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos argentinos, resulta atractivo para el extranjero y puede compensar”, agregó.
De la misma manera, reiteró que otra herramienta que le permitirá a la tierra colorada soportar la crisis, es estar fiscalmente ordenada.
¿Fin del Norte Grande?
Alrededor de diez gobernadores decidieron conformar el Consejo Regional del Norte Grande Argentino, a fin de aunar esfuerzos y ganar protagonismo en la coyuntura de la política nacional. Esta iniciativa, correspondía a una visión de unidad y federalismo que, con esta nueva gestión, perdió bastante peso.
“Está claro que el presidente Milei y también parte de su equipo, sobre todo el económico, no tienen o no demuestran tener, por lo menos, una mirada que sea federal, desde el punto de vista de no dejar todo liberado a las libres manos del salvador mercado, sino justamente la importancia del Estado como interventor, en el buen sentido de la palabra, para poder romper o para poder de alguna manera, achicar asimetrías que tenemos en el país, no solamente del norte, también otras regiones del país respecto al centro. Esta mirada no existe”, apuntó el politólogo.
En esa línea, recordó a presidentes anteriores que, si bien ninguno ha sido estrictamente federal en sus prácticas, usualmente en campaña manifestaban que es fundamental, por ejemplo, que el norte argentino tenga políticas diferenciales.
Argumentó que, en sus discursos, en sus narrativas e incluso en sus plataformas de Gobierno, estaba marcada la necesidad de trabajar en romper con las asimetrías que tiene el norte, respecto al resto del país.
“Ahora, Milei ni siquiera tiene eso, ni siquiera tiene la iniciativa de contener de alguna manera, no solamente a la población, a sus votantes, sino también incluso a los dirigentes políticos, desde ese punto de vista discursivo y narrativo”.
Por lo tanto, aseguró que se puede esperar un período de alta incertidumbre, sobre todo para ver cómo el Presidente y su equipo de trabajo comienzan a manejar las relaciones de poder con los territorios y, en segundo lugar, de qué manera comienza (o no) la aplicación de determinadas políticas que medianamente puedan tender a beneficiar al norte argentino, cosa que no parece probable que suceda, sobre todo teniendo el antecedente de campaña, donde no realizó visitas a estas provincias.
Para Pegoraro, los gobernadores están ahora en una encrucijada. “Por supuesto que van a intentar agruparse en bloques como para tener algún tipo de peso específico, un poco más importante que hacerlo de manera individual”.
Sin embargo, el gran problema, la gran pregunta que surge hoy es algo que va más allá de la gestión y es el pedido de audiencia y demás.
“Lo que no tienen es un interés del otro lado, por sentarse a charlar y a dialogar. Entonces, si vos no tenés una respuesta del otro lado, tenés muy pocas herramientas para ir a patearle la puerta, entonces, se enfrentan un problema, que no es únicamente político, también está vinculado a la actividad económica”.
En ese sentido, tomó como ejemplo la recesión que sufrió el país entre los años 2018 y 2019, donde las provincias se vieron seriamente afectadas por la caída de la actividad y, por ende la recaudación.
“Pero tenía un Gobierno nacional que, aunque no era muy federal que digamos, por lo menos atendía el teléfono y medianamente, en cuanto se podía, se pedía por recursos o con la voluntad política se podía también torcer el brazo, conseguían quizás algunas cuestiones, hoy no tenés ninguna de las dos”, finalizó Pegoraro.
Desafíos políticos y desafíos fiscales
Alejandro Pegoraro advirtió que los gobernadores se deberán enfrentar, con este Gobierno nacional, a dos principales desafíos, que son globales: uno político y el otro económico/fiscal.
“El desafío político es, por un lado, cómo tejer relaciones de poder con el Estado nacional, en donde naturalmente requerís de la asistencia de la Nación para poder llevar adelante programas de políticas públicas, principalmente de obra, pero también de otros programas, educativos, desarrollo social, salud, etcétera, porque la Nación históricamente financió parte de esos programas en las provincias y entonces tenés que ver de qué manera vas a relacionarte políticamente con el Gobierno nacional, si te van a abrir la puerta o no, para eso. No es que no haya voluntad de las provincias, lo que no hay es voluntad de la Nación, en este caso, por lo menos hasta ahora”, indicó.
Para ello, afirmó que también será importante sostener el Consejo Regional del Norte Grande, a partir de no tener una puerta abierta justamente en la Casa Rosada.
“El Consejo Regional tenía, hasta el fin del mandato de Alberto Fernández, cierto poder político, porque tenía un eco del otro lado. Eso hoy corre riesgo de romperse, porque al no tener un eco del otro lado, pierde peso específico tu reclamo y tu agrupación política en torno a los gobernadores”.
El otro desafío que mencionó es el del plano fiscal, ya que el 2024 es altamente problemático para las cajas provinciales. “Los recursos para las provincias cayeron 20 puntos en términos reales, la caída más grande desde el peor mes de la pandemia y en el 2024 te enfrentás con una merma de recursos para las provincias por el cambio de ganancias, que ahora se está viendo si se va a revertir, pero igual implicaría una caída; un salto inflacionario, que también reduce el poder adquisitivo de los recursos de transferencias, pero también un escenario de estanflación, estancamiento y caída de la actividad económica”.