El presidente electo, Javier Milei, anunció sus primeras medidas económicas entre las que destacó que derogará la Ley de Alquileres para que los contratos se puedan pactar libremente. Se trata de un cambio importante que afecta a más de 8 millones de inquilinos.
Al respecto, el expresidente de la Cámara Inmobiliaria de Misiones (CIM) y titular de la Caja de Profesionales de Ciencias Económicas (CAPROCE), Pablo Daviña, advirtió que “la Ley de Alquileres, que inició en el 2020 y se puso en vigencia hace poco, ha ido en detrimento de los inquilinos a quienes pretendía beneficiar, porque hoy no consiguen donde alquilar, no consiguen casas, no consiguen departamentos y no hubo una reactivación en la construcción para volcar nuevos nuevas construcciones destinadas a la educación”.
Por todo esto, expresó que “el mercado inmobiliario de todo el país merece un análisis serio, propuestas que sean integradoras y mucho más complejas que una simple derogación de una ley que no ha sido beneficiosa para nadie”.
“Amerita una visión a mediano y largo plazo con beneficios impositivos para quienes inviertan en alquileres y por otro lado la reactivación de un crédito hipotecario que es sumamente necesario para que la gente pueda acceder a su vivienda”, consideró.
El empresario inmobiliario recordó que la normativa de alquileres venía desde 1985 y no tuvo nunca problemas hasta que en el 2020 se introdujeron modificaciones las cuales generaron “un desbalance del mercado “.
“Avizorando la inflación que tenemos se trasladó parte de la compensación del propietario al inquilino, ya que en ese momento se mantuvo un año fijo los alquileres para el caso de vivienda y se introdujeron unas modificaciones”, detalló.
Precisó que, si bien en este último tiempo se estableció un ajuste semestral, por un índice mucho menor que la inflación, esta medida implicaba “nuevamente iba a ser una descapitalización para los propietarios”.
“Lo que sucedió en el mercado de la locación es que todo quedó en manos del alquiler, es decir, hace ya cuatro años no hay créditos hipotecarios, no hay un mercado que ofrezca créditos, entonces toda la demanda de viviendas quedó en manos de los propietarios. El Estado tampoco se hizo cargo porque había una normativa vinculada a alquiler social que tampoco lo hizo, sin embargo, trasladó la responsabilidad a quienes con mucho esfuerzo han destinado sus ahorros y su tiempo a tener un inmueble para ponerlo en alquiler”, enfatizó.
Con respecto al anuncio realizado por Milei por el cual los contratos de alquileres deberían pactarse en cualquier moneda, Daviña consideró que “el país es muy amplio y cada mercado inmobiliario también tiene una amplitud y una particularidad”.
“Si uno trata el problema de Capital Federal donde el mercado está en compraventa de inmuebles dolarizados, hace muchísimos años el mercado locativo también ha tenido esa tendencia, no es el caso de todo el país”, observó.
Daviña apuntó que “Posadas particularmente es una plaza donde los alquileres están en pesos y el dólar es una excepción y si uno mira al resto del país, la mayoría también están en pesos”. “El problema no es en qué moneda uno pacte, sino que la moneda que elija el país tenga reserva de valor porque el problema hoy con este índice de inflación es que nadie guarda pesos”, explicó.
Y sostuvo que “el problema no está en qué moneda uno usa, sino en cómo bajar la inflación”. “No es una cuestión de que están deseosos de tomar dólares, sino que los pesos o la moneda que se tome de aquí en adelante sean reserva de valor y esto es lo que cualquier persona en la economía necesita”, sostuvo.
A la vez que expuso que “la libertad de que cualquiera pacte en la moneda que quiera no lo veo mal, lo que sí me inquieta -y creo que es la pieza fundamental de esta ecuación- es cómo se maneja el índice de inflación y cómo tiende a la baja”.
En este contexto, Daviña agregó que “como primera medida creo que el Gobierno tendría que ir hacia la unidad para poder bajar los decibeles y que la inflación en el país empiece a tener una tendencia a la baja, porque además no baja de la noche a la mañana”.
A todo esto, opinó que “el sostenimiento de la Ley de Alquileres fue más una cuestión ideológica que pragmática”.
“Responde a la dirigencia del sector inmobiliario que está representada porque se eligen y hay una representatividad. Los propietarios prácticamente tienen una representatividad muy escasa, hay que entender que las inmobiliarias somos en la Argentina una bisagra entre el inquilino y el propietario, y en los inquilinos tienen una representación muy ideológica, política, muy concentrada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, han politizado la cuestión alquileres y han llevado esta cuestión que era un problema de Capital Federal a todo el país”, observó.
Por todo esto, enfatizó que “nosotros no necesitábamos en Misiones una ley de alquileres como la que existe hoy en todo el país, porque los ajustes se venían manejando con un criterio de cómo ajustaban los salarios dentro de la provincia y medianamente se venía acomodando”.
“Hoy han puesto una metodología de ajuste que ha perjudicado a los inquilinos, ha perjudicado a los propietarios, pero la defensa es ideológica, no es pragmática. Entonces, cuando se tratan con cuestiones que escapan a la razón es muy difícil tener un planteo serio o de encontrar soluciones que sean dignas para las partes y que traccionan el mercado locativo”, señaló.
Para resumir, el inmobiliario destacó que “lo cierto es que merece una consideración, hay que poner una cuota de de creación de nueva oferta porque no ha habido un incremento, debe haber líneas de créditos hipotecarios para que las personas alcancen la compra de su vivienda y también líneas que permitan construir a aquellos que han comprado porque post pandemia mucha gente compró terrenos, pero hoy no tienen los recursos para poder construir”.