Los problemas persisten en el Banco Central: el stock de deuda remunerada es de $22,4 billones y, a una tasa del 11,083% mensual, crecerá hasta fin de año a una suma cercana a los $28 billones, mientras que la base monetaria se ubica en $7 billones. Así, de mantenerse en dichos niveles, los pasivos monetarios al 31 de diciembre se ubicarían en $35 billones.
Las reservas, en la actualidad, se ubican en US$ 24.500 millones, pero al FMI solamente hay que pagar de aquí a fin de año unos US$ 4.250 millones, y faltan ingresar solo US$ 2.500 millones. Si las reservas terminan el año en los niveles actuales, sería un milagro.
El dólar de equilibrio para fin de año se ubicaría en torno de los $1.400. Hoy, el dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos) vale en el mercado $825. De esta manera, en el mejor escenario tiene una potencialidad de ganancia de alrededor del 50% (como piso).
El dólar oficial mayorista se ubica en $350. Es lógico que si el gobierno que asume el 10 de diciembre decide ajustar el gasto público, tendrá que tocar los subsidios y esto traerá consigo un cambio en los precios relativos de la economía, lo que derivaría en un aumento del tipo de cambio oficial.
El precio del dólar futuro al mes de diciembre se ubica en $631, lo que implica que tiene una tasa implícita del 458% anual, que es la más elevada de toda la serie. Si el dólar mayorista no tocara este valor, pero se ubicara en $600 para el 31 de diciembre, la suba estaría en torno del 71,4% de aquí a fin de año.
Qué inversiones convienen
Para cubrirte con bonos soberanos que ajustan por dólar mayorista tendrías que comprar los TV24 o T2V2, que cotizan con un dólar de $420 ya que están altamente demandados. Esto implica que si para diciembre cotizaran con un precio similar al que proyectamos, tendrían una ganancia potencial del 42,9%.
De estos números se desprende que es mejor tener dólar MEP que cubrirte con un bono en pesos que ajusta por dólar mayorista, al menos a las cotizaciones actuales.
En este escenario, a través del Banco Central, el Gobierno ofrece a las Pymes importadoras (para sus actividades productivas) constituir un depósito a la vista remunerado por la variación del dólar oficial, desde el momento de despacho a plaza y hasta la fecha de efectivo pago, por hasta el monto que se debe realizar. De esta forma, los importadores encuentran la mejor cobertura que tienen para la mercadería que llega del exterior.
¿Comprar dólares?
Para los inversores, los dólares alternativos siguen siendo una buena opción en momento de definiciones electorales, ya que estamos a tres semanas de la segunda vuelta presidencial. En este contexto, la mercadería objeto de deseo será el dólar.
La baja del dólar MEP y CCL (contado con liquidación) está relacionada con la normativa por 30 días para que las exportaciones se liquiden un 70% en el Mercado Único y Libre de Cambio a $350 y un 30% en el CCL, que se ubica en torno de los $857. Esta oferta de dólares en este mercado hace que el precio tienda a estar pisado, al menos hasta que se mantenga vigente el beneficio de liquidar las exportaciones en dicho mercado.
Lo que viene
En las próximas semanas, tendremos un mercado del dólar ofertado, ya que el 30% de las exportaciones se liquidan con el dólar contado con liquidación. No obstante, las reservas bajarán producto de los pagos que se realizaran al FMI.
En tanto, los pasivos monetarios seguirán creciendo producto de la emisión endógena que se produce por el devengamiento de la tasa de interés que pagan los pasivos remunerados.
En este escenario, un dólar MEP en $825 está a un precio de oferta; a menos de $800 es ganga.
Los bonos duales y los bonos en pesos que ajustan por dólar linked no son atractivos a los precios actuales. Con la baja del dólar MEP vuelve a ser atractivos ir en busca del dólar billete.
Los bonos argentinos están cotizando en torno de los US$ 25, como es el caso del AL30, que está a un precio sumamente atractivo: no hay otro título con mejor posicionamiento de mercado. Si el próximo gobierno permitiría usar este título para pagar impuestos, ofrecería un pago adicional en materia de renta o reprogramaría su amortización, este título debería valer como mínimo en torno a los US$ 40. El AL30 tiene un potencial de suba del 60% en dólares.
Las acciones ligadas al sector petrolero deberían mostrar una mejora sustancial a futuro. En primer lugar, por la probable suba del petróleo a nivel internacional; en segundo lugar, por el cambio de gobierno; en tercer lugar, por la mejora del tipo de cambio; y, en cuarto lugar, por un sinceramiento tarifario.
Hay muchas inversiones para realizar que no sean el tradicional dólar billete, dado que hay bonos y acciones lucen atractivos. Diversificar es el camino en un escenario electoral que está para alquilar balcones.
Cedears
En relación con estos instrumentos, Ezequiel López explicó que “si bien estos activos han sufrido la baja en pesos del CCL en estas últimas ruedas, creo que en una parte de la cartera debe estar alojada en estos activos”.
Por su parte, el CEO de Banza, Andrés Ondarra, indicó que “los usuarios tienen la opción de comprar un Cedear en pesos y de esta manera invertir en acciones que cotizan en dólares en mercados del exterior”.
La influencia del contexto electoral
La fórmula 70%/30% para el ingreso de todos los dólares generados por las exportaciones marca una nueva versión en el tratamiento del mercado cambiario por parte de Sergio Massa. En los primeros días de su implementación consiguió los resultados buscados, sobre todo porque al aumentar la oferta de divisas logró una significativa baja en la cotización de los dólares financieros.
Tanto el contado con liquidación como el dólar MEP cerraron la semana claramente por debajo de los $900, tras haber superado los $1.000 en la previa electoral. Ahora el ministro de Economía y candidato presidencial se juega a que no haya sorpresas hasta el balotaje, al revés de lo sucedido en la previa a las PASO y a las elecciones generales, cuando el dólar sufrió significativas alzas, con el correspondiente efecto sobre la inflación.
El flojo resultado de Javier Milei, que llegó a la segunda vuelta pero con menos votos de lo esperado, también ayudó a descomprimir la presión cambiaria. Básicamente los inversores consideraron que el plan dolarizador que impulsaba el libertario ya no será implementado. Ya sea por una derrota suya o por la necesidad de negociar con Mauricio Macri y Patricia Bullrich en caso de una victoria, cuando estos ya habían manifestado su negativa a dar este paso.
Aunque todavía falta mucho para llegar al 10 de diciembre, sobre todo la segunda vuelta, no es difícil imaginar que Massa intentará llevar adelante un esquema bastante parecido al de ahora. Significa una suerte de desdoblamiento cambiario, que permite a los exportadores conseguir un dólar más atractivo (porque 30% de las ventas ingresan por el mercado libre). Al mismo tiempo se mantiene un tipo de cambio importador más atrasado, aunque con discrecionalidad respecto a quiénes pueden acceder al mismo y quiénes no.
De lo expuesto surgen algunas conclusiones. La primera es que se mantendrá el cepo cambiario y no hay señales de unificación cambiaria a la vista. En verdad, ninguno de los candidatos había propuesto una salida rápida, ya que la gran expansión de los agregados monetarios en pesos podría desatar una peligrosa estampida cambiaria.