El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) anticipó que están dadas las condiciones para que este verano se registren niveles históricos de personas afectadas con el virus del dengue en la zona de la Triple Frontera: esto es Brasil, Paraguay y Argentina.
La primera en dar la voz de alarma sobre esta situación fue la ministra paraguaya de Salud, María Teresa Barán Wasilchuk. En Argentina, el boletín epidemiológico ya ofrece datos que permiten activar todas las alarmas: el mosquito transmisor y el virus llegó a todo el país, incluso en las provincias del sur que nunca antes habían registrado casos tuvieron dengue por primera vez en 2023. Y otro dato para preocuparse: por primera vez, los contagios no se detuvieron durante el invierno… de hecho Misiones está entre las tres provincias que registraron casos en las últimas ocho semanas.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, el médico infectólogo Hugo Pizzi, aseguró que la ministra de Salud del vecino país no exageró al vaticinar una gran epidemia de dengue para este verano, “la alerta llegó a todos los integrantes del Comité de Expertos y no solo afecta a Paraguay sino a la Triple Frontera y sugiere que se tomen medidas. Cuando la OMS dice que será la peor epidemia de dengue este verano es porque será un verano terrible: solo tres datos para analizar: en el aeropuerto de Teherán (Irán) se registró 62 grados de temperatura, hay zonas de Mar Mediterráneo donde los bañistas dejaron de acudir porque la temperatura del agua es demasiado caliente, de la Antártida de desprendió una estructura de hielo de 2.700.000 kilómetros cuadrados, como la superficie de Argentina, que está subiendo la superficie de los mares aproximadamente siete metros y genera evaporación/lluvia”.
Ante este escenario, Pizzi coincidió que “será un verano durísimo; en Argentina, nuestros libros dicen que el paralelo 42 (que pasa por Río Negro y Neuquén) en el mapa argentino es el lugar donde jamás puede pasar un mosquito ni vinchuca… pero esas provincias tuvieron temperaturas de 42 grados y hay mosquitos. Nos estamos tropicalizando muy rápidamente”.
“Hay que proteger a 200.000 argentinos”
Ante este peligroso escenario y a pocos días que llegue al país la vacuna japonesa Takeda contra el dengue, Pizzi alentó su aplicación “hay que proteger a los 200.000 argentinos que ya tuvieron un episodio de dengue, persona que haya tenido dengue -florido o no florido, con pocos o muchos síntomas- quedó con anticuerpos dando vueltas que, si viene otro mosquito y le pone otro serotipo diferente, puede hacer un dengue más grave, que se llama dengue hemorrágico o dengue grave”.
El especialista recordó que la vacuna fue presentada el 31 de agosto por los representantes del laboratorio japonés en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), “con la presencia de funcionarios y ministros de todo Latinoamérica.
Son dos dosis, la segunda a los 90 días, y eso brinda una protección contra los cuatro serotipos del virus del dengue durante cuatro años y medio. Tiene un poder de protección en el grupo etario que va de los 4 a los 60 años, los mayores de esa edad también pueden aplicarse pero pueden tener algunos inconvenientes si tienen comorbilidades. Por eso, el laboratorio sigue el estudio para que las personas sanas mayores de 60 puedan recibir las vacunas”.
“Nos olvidamos del COVID pero en 2023 ya provocó 400 muertes”
Para el médico infectólogo Hugo Pizzi la pandemia permitió avances médico científicos muy importantes, pero la sociedad aprendió poco. “Hemos aprendido tanto en esta pandemia, con el primer tropiezo espantoso que tuvimos perdí la mitad de los médicos formados por mí porque estuvieron en la trinchera desde el primer día… tantas muertes y creo que aprendimos poco como sociedad. En nuestro país hay diez millones de personas que no estudian, no trabajan, no interpretan, no leen un texto… es muy duro lo que voy a decir pero lo digo como formador de médicos y docente de tantos años: nosotros éramos el adalid de la alfabetización en Latinoamérica… todos nos miraban como modelo. Pero en esta última pandemia me tocó colaborar con Perú y los peruanos hoy están mejor que nosotros, ahora somos nosotros los que tenemos que mirarlos a ellos”, aseguró.
En este contexto, analizó que “una sociedad ignorante e indiferente es muy difícil que ayude, y hay muchas personas que durante la pandemia nos dieron la espalda… incluso hubo gente que desafió y amedrentó a toda la cuadra desaconsejando la aplicación de la vacuna porque supuestamente les iba a hacer daño”.
Subregistro
Para Pizzi, las personas ya se olvidaron de las medidas para prevenir el contagio del COVID-19, “siempre observo, ya no está la botella de alcohol para higienizarse las manos en el ingreso de los locales comerciales o restoranes. Antes, la mayoría de las mujeres andaban con una botellita de alcohol en gel o un spray de alcohol en sus carteras que sacaban antes de tocar cualquier cosa… también veíamos que la gente usaba barbijos en los ómnibus o lugares cerrados con muchas personas… se olvidaron de todo”.
Los datos son contundentes: desde el primero de enero hasta mediados de octubre, se registraron en el país 80.000 casos de COVID (“son más porque se estima que hay entre un 20 a 30% de subregistro”) y más de 400 muertes. “Estas 400 muertes engrosan los 131.000 fallecidos durante la pandemia, con el agravante que mirando las historias clínicas vemos que la mayoría casi absoluta eran personas sin vacunas o mal vacunadas (una o dos dosis pero sin los refuerzos periódicos)”, indicó el especialista.