El Paraguay acaba de encender una alarma epidemiológico por lo que considera que podría ser la peor epidemia de dengue, con el serotipo DEN 3, más conocido como “hemorrágico”, especialmente en los departamentos lindantes con la provincia de Misiones.
Más allá de las características propias del vecino país (solo 30% tiene recolección de residuos domiciliarios, hay muchos casos de DEN 1 y DEN 2 ya confirmados a lo largo del país, etc), es inevitable pensar que la región estará en las mismas circunstancias, ya que el mosquito Aedes aegypti se moviliza de un lado al otro.
Por esta razón, al igual que las autoridades paraguayas, es importante que los municipios y la provincia se movilicen en intensificar los trabajos en los diferentes barrios, en especial donde se fue detectando la mayor concentración de larvas en los operativos.
Tras la epidemia más importante de 2019, el haber pasado la pandemia de COVID-19, la experiencia en la población es suficiente para entender el contexto y actuar. En particular con una enfermedad cuyo agente de transmisión está en los hogares, en los terrenos baldíos sin mantenimiento, en los autos y otros vehículos abandonados en la vía pública, entre otros sitios. Por lo tanto, es responsabilidad ciudadana generar las condiciones para que el Aedes aegypti no se reproduzca masivamente.
Hay que empezar ya, porque sabemos lo que es capaz de hacer ese insecto sin que se actúe con firmeza y decisión. La advertencia regional está lanzada y siempre se puede atenuar el impacto entre todos.