Organizado por la Subsecretaría de Ecología de la provincia, se realizó el último miércoles una reunión virtual que convocó a los referentes de distintas instituciones del ámbito público y privado para empezar a delinear un plan de acción ante el avance del ciervo Axis, una especie exótica invasora que se ha desplazado desde la Patagonia hasta el norte de la Argentina y que supone un serio riesgo para la biodiversidad misionera.
Los referentes de las distintas instituciones presentes coincidieron en que el objetivo primordial es la preservación de la biodiversidad misionera. En esa línea y ante la postura firme del Ministerio de Ecología de no habilitar la caza deportiva, ratificaron el compromiso de avanzar hacia la elaboración de un plan de manejo de la especie, cuyo primer paso es la articulación de un registro de avistamientos y monitoreo de las “tropas” existentes en Misiones.
En la oportunidad participaron en la reunión representantes del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBiO), Ministerio del Agro y la Producción, SENASA, Ceibas-CONICET, Policía de Misiones, Centro Ohana, Güira Oga de Puerto Iguazú, Garra Rewilding, la investigadora Karen DeMatteo (del proyecto Zorro Pitoco) y los equipos de Áreas Naturales Protegidas, Biodiversidad, Fauna y Parque Ecológico El Puma del Ministerio de Ecología.
La especie Axis (Asia) fue introducida en el país de manera voluntaria por fuera de sus áreas de distribución natural y de acuerdo a lo señalado en diversos estudios realizados por especialistas, causa severos impactos sobre la biodiversidad, la salud y la economía.
Ante los avistamientos de estos ciervos en la provincia e incluso su aparición en la zona urbana de Posadas, en esta última semana, las instituciones conformaron una mesa de trabajo para encarar los pasos a seguir en cuanto al manejo de la especie.
En la oportunidad se remarcaron algunas de las principales características del ciervo axis, que en cautiverio llega a vivir veinte años, una hembra de la especie es activa sexualmente a los doce meses de vida y puede dar hasta tres crías por año, por lo que el crecimiento exponencial de la población se da en un corto tiempo; además se mueven en grupos grandes y no presenta un predador natural en la Argentina.
Los participantes intercambiaron información acerca del animal, repasaron los daños que pueden causar estos ejemplares, el impacto que pueden generar en el ecosistema, porque con sus astas dañan especies de árboles nativos, descortezan todos los árboles, tanto nativos como de forestación, favoreciendo la proliferación de patógenos, agentes que enferman a los árboles.
También compite con especies nativas (con otros cérvidos), por recursos alimenticios y ambientales, genera una interacción con otras especies invasoras al ser herbívora y pone en riesgo a especies amenazadas debido a que podría generar impactos por competencia directa o indirecta.
Entre los diversos conceptos brindados en la oportunidad quedó expuesto que “existe una amplia evidencia de que los ciervos, como otros ungulados herbívoros, pueden alterar la estructura y dinámica de la comunidad de plantas a través de la herbivoría y sus actividades asociadas como el pisoteo, raspado y descortezado, defecaciones y orina”.
En el encuentro se reiteró que se trata de una problemática compleja, como todas las que tienen que ver con el medio ambiente, pero hay voluntad de todas las partes de buscar una opción que satisfaga a todos y que apunte a la preservación de la rica flora y fauna de la provincia.