En la noche de ayer domingo se llevó a cabo el primer debate presidencial de cara a las elecciones generales del 22 de octubre, donde los cinco candidatos a la Casa Rosada expusieron poco y nada de sus propuestas, pero hubo muchas más chicanas y nerviosismo entre los oradores.
Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda), fueron los que protagonizaron la discusión pública con varios cruces entre sí.
Cristian Solmoirago, consultor y politólogo, expresó a la radio de PRIMERA EDICIÓN que “todo analizamos por demás algo que terminó siendo muy aburrido, con poca intensidad”.
“Se esperaba que saquen del foco a Javier Milei y no sucedió, que Patricia Bullrich sea más agresiva y no sucedió; y que Sergio Massa empiece a proponer cuestiones muy puntuales con respecto a lo económico y tampoco sucedió. En el debate de vicepresidentes se sacaron más chispas”, resaltó.
Solmoirago apuntó que la falta de dinámica se debe a que “hace poco se instauró este tipo debates de manera obligatoria, no como otros países que lo tienen institucionalizado hace muchos años”. Para el analista, “los candidatos recién están explorando lo que es esta acción de campaña y todos empiezan a querer o pretender llevar agua para sus molinos”, dijo.
Igualmente, a diferencia de medios nacionalistas y partidarios, aseguró que “el debate no se gana, el debate lo tiene ganar la gente para conocer a cada uno de los candidatos, conocer sus propuestas, su impronta. El triunfador tiene que ser el elector, no el candidato”, destacó.
“Si uno (de los candidatos) pretende ganar muchos votos en un debate se está equivocando”, sumó.
En ese sentido, contó que “los que miramos el debate somos gente que está muy politizada, que lee a diario las cuestiones políticas, que tiene una opinión formada y una posición formada, que simplemente no va a cambiar de opinión si un candidato o candidata se equivoca en una palabra o algo”.
Aseguró Solmoirago que “tiene que haber una irrupción muy grotesca para que afecte a un candidato” y lo que sirve para el análisis es lo que pasa antes y después del debate, el sobreanálisis. “Si uno comete un error grotesco, se va a hablar de eso hasta dos días después”, dijo.
“Ese tipo de cuestiones los candidatos toman para impactar en la opinión pública. Las propuestas ya están recontra charladas, publicadas, de uno y otro candidato”, mencionó.
Bregman y Schiaretti, los destacados
Si bien el politólogo aseguró que el debate no sirve para encontrar un ganador, confió que los que le “sacaron el jugo” al debate fueron los candidatos presidenciales que menos chances tienen:
“La que estuvo más suelta fue Myriam Bregman, chicaneando, que para eso también son los debates. Me parece que la soltura estuvo del lado de la candidata de Izquierda, que en realidad es la que tiene menos cosas que perder y puede arriesgar mucho más”, dijo.
Mientras que “(Juan) Schiaretti fue estratégico, porque le estaba hablando al elector del interior y particularmente de Córdoba, custodiando los votos que puede sacar en su provincia y no se puedan escapar a otras ofertas mucho más atractivas. Es poco probable que llegue a segunda vuelta, entonces habla a su elector exponiendo su gestión y lo mal que trata el Gobierno nacional a Córdoba”.
Por el contrario, los candidatos que sí pelean por la presidencia (Milei, Massa y Bullrich) “aceleraron mucho al principio, estaban muy nerviosos y quemaron todas las fichas con el tema económico y después surfearon para no equivocarse”, aseguró.
En esta línea explicó que este primer debate presidencial tuvo una fuerte temática como la economía, donde “Bullrich tiene mayor debilidad” y tuvo que enfrentar al actual ministro de Economía y a un economista. Sin embargo, en el segundo debate, la candidata de Juntos por el Cambio “va a tener mayor presencia porque se termina hablando de seguridad, que es su punto fuerte”, dijo.
Un escenario de tres y segunda vuelta
Por último, de cara lo que serán los comicios generales, el consultor pronosticó que “todo indicaría que en Argentina va a haber segunda vuelta, no creo que ningún candidato en este contexto se alce con una mayoría calificada para que esto se termine el 22 de octubre: ni Milei, ni Massa, ni Bullrich”.
A su vez, dijo que tampoco ve una polarización entre dos candidatos, “me parece que es un escenario de tres, de hecho las elecciones de las PASO fue así, donde entre el primer candidato y el tercero hay una diferencia de dos puntos, que eso fue la radiografía principal. Después en las expectativas posterior a las PASO, uno puede haber subido sus votos, otros bajado, pero ahora todo empieza a moderarse y vamos a una situación muy competitiva entre tres candidatos”, resumió.
Recordó que antes de las PASO, hubo incidencias que impactaron en la opinión pública y desequilibraron el escenario electoral, como el asesinato de Morena y de un jubilado en el conurbano y la disparada del dólar, “que terminó capitalizando Javier Milei, creemos nosotros”.
Por eso, “lo que pasó con Insaurralde va a tener algún tipo de impacto. Hay que cuantificarlo y ver si ese impacto lo va a tener sobre el gobernador bonaerense (Axel Kiciloff) o Sergio Massa. Y ver dónde se cierra el ‘Insaurraldegate’ en el sentido este tipo de cuestiones impactan a pocos días de las elecciones y en una elección muy ajustada, puede ser decisiva”, cerró.