La decisión de los profesionales médicos, en particular los especialistas, de cobrar un bono que partirá de los 6.000 pesos además de la orden de las obras sociales, sin dudas generará una mayor demanda del sistema de salud pública, ya que mucha gente no podrá solventar ese valor.
El gobernador Oscar Herrera Ahuad, admitió ayer en FM 89.3 Santa María de las Misiones que habrá un impacto negativo, no solo por la mayor saturación de turnos sino por las emergencias que deberá responder el Estado, a partir que muchos enfermos crónicos no podrán continuar su tratamiento y consultas periódicas con el médico de confianza.
De hecho, recordó que muchos que quieren cobrar el bono extra a las obras sociales, también atienden con un sueldo en el sistema público, por lo cual les advirtió que deberán responder desde los hospitales y CAPS por cualquier mayor demanda que se genere por las medidas que adopten.
Hoy, con muchos sanatorios sin capacidad de respuesta, miles de misioneros van a hacerse atender a los nosocomios públicos, con las demoras ya conocidas para conseguir un turno en los consultorios o una cama de internación. Está claro que se podría profundizar el déficit si las obras sociales no acuerdan rápidamente con las federaciones y asociaciones médicas.
Como la propuesta de cobrar el bono aún no tiene fecha de implementación, sigue quedando una luz de esperanza que lleve a un acuerdo. Sino, aun teniendo la mejor prepaga, muy probablemente los misioneros deban acudir a los hospitales para conseguir atención gratuita o a bajo costo.
Ahora comenzó la cuenta regresiva antes de un inicio no deseado.