Expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés de United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) recomendaron recientemente la prohibición de teléfonos inteligentes en los salones de clase debido a que esta tecnología puede afectar los procesos de aprendizaje.
Si bien la UNESCO reconoce el valor de la tecnología en la educación, tampoco hace a un lado sus efectos negativos. Al respecto, docentes misioneros consultados por este medio hicieron notoria su opinión favorable al uso de estos dispositivos en clases argumentando que se trata de tecnología que bien puede aplicarse con fines pedagógicos.
Lo cierto es que, como casi todo en el desarrollo de las sociedades, aplicando perspectiva, planificación y criterio, difícilmente el resultado no sea positivo. Es decir, reconociendo el valor de la tecnología en la educación, sumando sus aportes a la planificación de una clase y aplicando criterios de uso con tiempos y formas, sin dejar de lado a quienes no poseen estos dispositivos, seguramente el resultado sea incluso mejor al buscado.
A la luz de los resultados que van arrojando las pruebas Aprender, la innovación en la educación se impone como una urgencia.