Amargura, angustia y frustración por el paro de colectivos fue lo que experimentaron viajeros que llegaron a Misiones mediante el transporte de larga distancia porque además fueron víctimas de la especulación de taxistas y remiseros quienes aprovecharon la medida de fuerza de los choferes urbanos y de media distancia, para aplicar tarifas totalmente desorbitantes a quienes tenían la urgencia de trasladarse.
Mientras tanto, quienes no podían reunir los varios miles de pesos que los choferes privados exigían para viajar, simplemente se resignaban con poder volver a tomar el servicio de larga distancia, que sí estaba funcionando normalmente, para regresar por donde vinieron. Tal fue el panorama que se vio en la estación de ómnibus de Posadas.
“Tengo bronca”, afirmó María una de las tantas varadas en la terminal capitalina.
“Tenía turno en el Hospital Madariaga y tengo que volver a mi ciudad sin atenderme. Cuando pregunté por la tarifa de taxi para llevarme y traerme de nuevo hasta acá, me pidieron $5.000 era demasiado para mí. No traje respaldo de plata para moverme acá en remís”, contó la angustiada viajera al borde de las lágrimas, no solo por no poder recibir la atención médica requerida sino también por no saber cuándo iba a regresar a la Capital correntina de donde es oriunda.
Tatiana, una joven que llegó a Posadas desde Rosario tenía como destino llegar a Andresito. El plan era desembarcar en la Capital provincial y hacer trasbordo, pero la medida de fuerza de los choferes se lo impidió. Ella viajaba junto a otras personas, quienes sí pudieron reunir los $40 mil pesos de la tarifa que les pasaron taxistas de la terminal para llegar a Eldorado.
“Si bien no tenía cómo juntar esa plata tampoco me servía porque me iban a dejar en Eldorado, y para llegar hasta Andresito me quedaba por mi cuenta. La verdad no tengo idea de qué voy a hacer”, dijo la chica a PRIMERA EDICIÓN.
El mismo panorama se repitió durante toda la jornada de ayer en otras las localidades del interior a partir de la medida de fuerza de los choferes del transporte público de pasajeros, quienes se plegaron al paro de 48 horas que convocó el miércoles por la noche la Unión Tranviarios Automotor (UTA), tras el fracaso de las negociaciones salariales con las cámaras empresarias
Desde principio de junio, cuando comenzó a desatarse la crisis entre el gremio y las cámaras habían existido dos postergaciones a la medida de ayer, a partir de las conciliaciones obligatorias que había decretado el Ministerio de Trabajo de la Nación. Si bien, la crisis se estiró casi todo el mes, vencidos todos los plazos legales y sin acuerdo, el sindicato confirmó la medida y el parate fue total.
En Apóstoles y Oberá también se hizo sentir la medida
El paro de colectivos que afectó durante todo el jueves a las jurisdicciones del interior argentino donde las cámaras empresariales no habían acatado el acuerdo salarial alcanzado a principios de este mes con los choferes del AMBA, se hizo sentir con el mayor rigor posible en las ciudades misioneras.
En lo que respecta a los usuarios de los servicios urbanos, en su gran mayoría ya se encontraban alertados, después del trago amargo de la semana pasada cuando UTA cortó varios servicios en Posadas y en otras ciudades misioneras, en protesta por la falta de acuerdo por los aumentos de sueldo y la deuda de algunas cuotas en ese mismo sentido (pero con más olor a lockout que otra cosa y, en el caso de zona metropolitana, para presionar por más subsidios para el Grupo Z que cobró, pero no pagó).
En cuanto a la decisión tomada por la conducción nacional del gremio, para llamar a sus agremiados a tomar la medida de fuerza, ésta simplemente se encontraba el miércoles a la espera de que se vencieran los plazos de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación para sacar todos los vehículos de las calles y dejar entrever que, si el Estado nacional no destinaba mayores recursos al sector, como los que finalmente aseguró se disponían a llevar la crisis hasta las últimas consecuencias.
Paradas vacías vs usuarios desprevenidos
En ese sentido, la postal constante que dejó la jornada en la Capital del Monte fue de paradas vacías, más allá de alguno que otro usuario desprevenido, que no tenía idea de la protesta. El resto, en su mayoría se movilizó por sus medios para llegar al trabajo o mandar a sus chicos a la escuela, algo que junto con el paro docente también afectó bastante en cuanto al movimiento de los alumnos hacia los establecimientos educativos.
Por otra parte, un paisaje similar fue el que se registró en Apóstoles donde el paro de transporte afectó principalmente a los chicos que iban a las escuelas.
En la terminal de ómnibus, el propietario de una boletería trabajó con normalidad para la venta de pasajes de larga distancia: “Para larga distancia fue con normalidad, en cuanto a los usuarios de media y corta distancia, la gente estuvo al tanto y no hubo nadie esperando, creo que muchos siguieron hasta última hora las noticias acerca de qué surgía hoy” resaltó el vendedor.
Camino a la audiencia pública
Luis Gilardoni, de Unión de Comisiones Barriales de Posadas habló con FM 89.3 Santa María de las Misiones e hizo un duro relato acerca de cómo los usuarios de colectivos, eternos rehenes de los paros, tendrán la oportunidad de aprovechar la audiencia pública del 29 de junio próximo para volver a alzar la voz y reclamar que no se permita otro ajuste en la tarifa porque golpeará de lleno a la clase trabajadora, cautiva de un servicio monopólico que queda a pie ante el menor inconveniente que surja.
“Cuando pasan estas cosas, los grandes rehenes somos los usuarios que quedamos expuestos a la especulación si es que debemos hacer un trámite o ir al médico”, dijo.
Y aclaró que “el problema, que hoy (por ayer) tiene que ver con un paro nacional en nuestra provincia es habitual dejarnos a pie cuando se le ocurre a la empresa. Vivimos a merced de lo que decida Marcelo Zbikoski y ni la audiencia sirve porque está digitada”, cuestionó.