Desde hace tiempo anuncian que buscarán hacer realidad la beatificación de María de la Cruz Morínigo, una incansable trabajadora de los humildes en Misiones. De esta forma, la Asociación Simple Palomas del Espíritu Santo realizará este martes el pedido formal ante la Iglesia para que estudien el caso y sigan el camino del protocolo para efectuar el nombramiento eclesial.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones la postuladora designada por la Asociación, Emilia “Negrita” Itatí Juañuk, comentó que, como santa de los humildes, el proceso recién ha comenzado: “el trámite se venía hablando hace mucho y ahora está por vencer el plazo”. Sucede que “a los 30 años del fallecimiento de la persona postulada, en este caso María de la Cruz Morínigo, vence el plazo para la presentación”.
El 21 de junio, al cumplirse el aniversario de su fallecimiento, es la fecha límite. Por este motivo, recordó que la Asociación hizo mucho por iniciar este trámite, pero siempre se encontraron con algún inconveniente para avanzar en el pedido. Asimismo, resaltó que en este tiempo “se creó un museo con su nombre, al lado de la Iglesia Espíritu Santo, se escribieron libros y recibió muchos homenajes posmortem”.
En cuanto a la presentación formal de hoy, Juañuk señaló que “tenemos todas las cajas con pruebas listas para ser entregadas a las 10.30 horas en el Obispado”. Acerca de la beatización remarcó que María de la Cruz Morínigo sería la primera beata de la provincia.
A nivel provincial, explicó que “se presenta en la Diócesis local, que depende del obispo Rubén Martínez, porque ella falleció en Posadas, Misiones”.
A partir de esta presentación, indicó que “van a pasar a estudiar el compendio de pruebas, que cuenta con muchísimas fotografías, documentos, cartas y todo lo que conseguimos, que son unas 32 cajas”.
Tras elevar el pedido oficial, compartió que “lo que va a hacerse es transitar un decreto, aceptando la iniciación del trámite y una vez que esto comienza, se da un periodo probatorio, donde se presentan todos los testigos”.
Para finalizar este camino, contó que “el que decide es el santo padre, en Roma, junto con una congregación de teólogos, sacerdotes y asociaciones”. Sobre este proceso, comentó que “suelen ser muy largos”. Para su primera etapa, indicó que “son 90 días que tiene la Diócesis de Posadas para dictar el decreto avalando la presentación, denegando o haciendo silencio”.
Juañuk aclaró que en el caso de darse un silencio sobre la decisión en el Obispado de Posadas “se considera como negativa”. Si esto llega a pasar, la integrante de la Asociación Simple Palomas del Espíritu Santo explicó que “tendríamos que interponer un recurso de revocatoria, con apelación”.
De ahora en más, “el trámite secreto, es muy reservado al iniciarse mientras empiezan a analizar el material que vamos a dejar en el Obispado”. Por ello, más allá de que la comunidad se encuentra muy expectante de la decisión a nivel local, afirmó que “no podemos opinar ni a favor ni en contra, porque no debemos ejercer ningún tipo de presión sobre la Iglesia para que decida con libertad”.
Por tal motivo, con la presentación realizada y entrega de pruebas a los representantes de la Iglesia en Posadas, “esperaremos en el transcurso de estos tres meses, para ver qué tipo de decisión se toma acá”, agregó.
Llegar a una declaración de beata, no es nada sencillo, porque no sólo se necesitan algunos relatos, sino que fue necesario una recopilación exhaustiva de información: “se necesitan muchísimos testimonios y pruebas las que se van a presentar. En esto, muchos ya han fallecido”, relató Itatí Juañuk.
Asimismo, entre todo este material se encuentran las historias de numerosos chicos que la tuvieron en catequesis, las chicas que ella casó y a quienes festejó las fiestas de 15 años, todos ellos de los barrios más humildes de Posadas.
Además, recordaron que, más allá de lo religioso, cuentan con los testimonios de importantes deportistas, que estuvieron bajo su cuidado: “muchos futbolistas que participaron en primera categoría de los clubes de Misiones salieron de sus huestes, de su catequización y formación como jugadores, que ella hacía personalmente porque estudió como árbitro de fútbol para enseñar a los chicos”.
Como parte de la comunidad misionera, opinó que aspiran a tener resultados favorables para María de la Cruz Morínigo y “esperamos que la Iglesia reconozca a esta mujer maravillosa que supimos tener en la provincia”, añadió.
Un llamado de fe y un largo camino para ayudar al prójimo
María de la Cruz Morínigo nació el 3 de mayo de 1931 en General Bernardino Caballero, Paraguay. Su madre era devota de la Virgen de Caacupé, por lo cual recibió una crianza bajo la fe católica. Al crecer, a los 17 años, se trasladó hasta Posadas junto a su familia donde iniciaría su camino de ayuda al prójimo.
Para subsistir, vendían productos caseros como rapadura y fue así que recorrieron los barrios posadeños. En ellos, encontraron familias muy humildes, con niños sin comer, estudiar y en situación de vulnerabilidad. Esto condujo a María a dedicarse a una tarea humanitaria, a la cual se dedicó hasta sus últimos años, también en honor a las enseñanzas de la Virgen María.
En este contacto con los más necesitados, María de la Cruz Morínigo puso a disposición su propio hogar, ubicado en calle Trincheras de San José 473, para recibir a los chicos y familias que más lo necesitaran. Décadas atrás comenzó así a formarse una red de colaboración y a estrechar lazos con una comunidad dispuesta a conseguir donaciones para los más humildes.
Para gestionar una mejor colaboración con el prójimo, vio la necesidad de conformar un grupo solidario. Fue así que fundó el Club Palomas del Espíritu Santo el 17 de agosto de 1948, aunque tendría una Personería Jurídica recién en 1960.
Además, como buena católica, buscó compartir la palabra de Jesucristo e inició su tarea como catequista, para fortalecer el vínculo de los humildes y Cristo. Esto fue permitido gracias a la intervención del propio Monseñor Jorge Kemerer y certificada luego por el obispo de Posadas, Carmelo Juan Giaquinta, en mayo de 1989, otorgándole el título de Catequista Oficial del Obispado de Posadas.
María Morínigo falleció el 21 de junio de 1993, a los 62 años de edad luego de una recaída en su asma crónica. Los restos de sus familiares están en el Cementerio La Piedad, pero ella dejó por escrito que deseaba volver a su tierra natal.