La “Masacre de Monte”, uno de los episodios de violencia institucional más graves y conmocionantes del país, cerró el viernes su primera semana de debate oral con cuatro policías bonaerenses que intentan defenderse de una posible condena a prisión perpetua por la persecución a cinco jóvenes a bordo de un automóvil, de los cuales cuatro perdieron la vida al impactar contra un camión mientras recibían disparos desde dos patrulleros.
Los oficiales Leonardo Daniel Ecilape, Manuel Monreal, Mariano Alejandro Ibáñez y el excapitán Rubén Alberto García, son los encartados y los que perdieron la vida fueron: el misionero oriundo de Concepción de la Sierra, Aníbal Suárez (22), Camila López (13), Gonzalo Domínguez (14) y Danilo Sansone (13).
El juicio es por jurados pero a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Plata, a cargo de la jueza Carolina Crispiani. La acusación está encabezada por el fiscal Mariano Sibuet y la querella dividida en tres partes: Dora Bernárdez representará a las familias Domínguez y Suárez; Margarita Jarque (Comisión Provincial por la Memoria) a Sansone y López y Ricardo Minoli, acompañará a los padres de Rocío Quagliarello, única sobreviviente de lo sucedido el 20 de mayo de 2019 en San Miguel del Monte.
De las cinco primeras jornadas del debate en el edificio de Tribunales platense, tres relatos de testigos se destacaron. El central se concretó el viernes con la reproducción de la declaración en Cámara Gesell de Quagliarello: “Estoy acá para hablar de mis amigos, de lo que les hicieron. Fuimos a la plaza con Cami (López), frena un auto en la esquina, estaba Danilo con los chicos y, como Cami lo conocía, fuimos a dar una vuelta”.
“Durante la persecución Gonza (Domínguez) se agarra la rodilla y comenzó a decir ‘me tiraron, me arde, me arde’”. La entonces adolescente de 14 años también señaló “desconocer” por qué la policía los perseguía y “Iba con Camila (López) en la parte trasera, las dos agachadas. Lo único que recuerdo después es despertar en el hospital“.
Héctor Mensi, chofer del camión estacionado en la colectora de la ruta 3 y contra el que impactó el Fiat 147 del misionero Aníbal Suárez declaró durante la segunda audiencia de juicio: “Estaba acostado, escucho el ruido de un auto y cuatro disparos antes del choque y otros dos tiros más después”.
“Fueron tres estruendos y el silbido de una bala. Cuando corro la cortina veo un cuerpo entre toda la tierra. Luego llegan dos móviles policiales y escucho ‘quédate quieto, quédate quieto’ y dos disparos más”.
“Cuando me bajo de la cabina escucho los gritos de una chica (…) Yo le pregunté a una policía que había pasado y me dijo que los chicos se dieron a la fuga y por eso la persecución”, dijo el camionero y continuó: “Después me subieron a un móvil policial y directo a la comisaría. Declaré tres o cuatro veces ahí porque los policías me decían que lo que había escuchado no eran disparos, sino explosiones de motos”.
El miércoles, tercera jornada, declaró desde España, Ignacio Cattaneo, joven que vivía a 50 metros de donde se produjo la persecución, balazos y colisión durante la madrugada del 20 de mayo de 2019: “Estaba en mi habitación y escucho un estruendo muy fuerte (…) Cuando salgo lo primero que veo es una nube de polvo y automáticamente un móvil policial que arrastra las ruedas y veo al conductor del móvil en posición de tiro con un arma en la mano”. El patrullero que señaló era el que conducía Leonardo Ecilape y llevaba como acompañante a Rubén García.
Pero amplió: “Luego le pregunto a un policía qué pasó y me responde: ‘son unos chorros que venimos persiguiendo’”. “Me costó identificar si era un choque por la nube de polvo, hasta que vi el Fiat 147 partido en dos y dos cuerpos de chicas de los cuales sólo uno se movía”. “Tenían el pelo largo y rubio. Una de ellas se podía mover y trataba de reincorporarse levantando su torso, de la cintura para abajo no se movía. Se quejaba del dolor. Trataba de llamar a la amiga que no se movía”, dijo en referencia a Rocío Quagliarello y a Camila López.
“Había dos móviles en el lugar, hasta que llegó un Chevrolet Astra negro y se bajó el subcomisario (Franco) Micucci (actualmente detenido y a la espera del juicio oral por el delito de encubrimiento de la “masacre”). Después vi llegar ambulancias y que sacaron de la parte trasera del coche a un chico, agarrándolo de los puños de la campera que tenía puesta. Como si fuese un paquete, inerte, inmóvil y lo depositaron en el suelo”.