El otoño ha llegado y con él los cuadros gripales y alérgicos vuelven a aumentar su frecuencia.
En reiteradas ocasiones especialistas marcaron la diferencia entre los síntomas que distinguen a las alergias de una simple gripe. “Es importante distinguir. Tener un cuadro alérgico no significa tener una infección, porque las personas tienen cuadros alérgicos frecuentes; en esos casos, se recomienda la consulta médica para identificar qué tipo de tratamiento preventivo se le puede ofrecer para disminuir la probabilidad de tener eventos de crisis alérgica”, comenzó explicando la médica infectóloga Leda Guzzi, en diálogo con la FM Santa María de las Misiones.
Rápidamente pasó a desglosar todas las cuestiones relacionadas a los cuadros gripales: prevención, vacunación, tratamiento, síntomas, automedicación y recomendaciones.
Hizo énfasis en la importancia de la vacunación y rápida atención médica puntualmente en el caso de las personas que tienen algún factor de vulnerabilidad: “como asma, enfermedad pulmonar crónica, tabaquistas crónicos, diabéticos, alcohólicos, con enfermedades inmunosupresoras, quienes viven con VIH, enfermedades reumáticas, personas gestantes, mayores de 65 años y menores de 2 años”, según enumeró la doctora, estos pacientes tienen “más riesgo de enfermarse con alguna infección viral y en particular, la que más preocupa, es la gripe o influenza”.
Vacunación
La especialista recomendó que, en todos los casos, es preferible cumplir con la vacunación antes que comiencen las temperaturas más bajas, “para que la inmunidad ya esté generada”.
En este punto, aclaró que la vacuna antigripal se debe aplicar una vez al año, mientras que “la neumococia son dos, se da la prevenar 13 y luego la pneumovax o vacuna 23 serotipos, que se aplica entre dos meses a un año de la anterior”.
De hecho, dijo que la mayoría de las personas con comorbilidades tienen indicada esta vacunación antineumocócica, contra la bacteria del neumococo, “la cual con frecuencia genera cuadros respiratorios que pueden volverse graves en personas vulnerables”.
A qué síntomas estar atentos
Guzzi recordó que el virus comienza a circular puntualmente cuando se hace más frecuente el descenso de temperatura, y por eso es recomendable, en la medida de lo posible, mantener los espacios aireados, abrir ventanas y puertas para que sea efectiva la circulación cruzada de aire.
En cuanto a la clásica gripe, indicó que los síntomas más característicos son: dolor de cabeza, dolor de cuerpo, fiebre, malestar general, congestión, tener mucosidad nasal, cierta pérdida del olfato, dolor de garganta y tos. Aunque aclaró que no necesariamente aparecen todos estos indicios en simultáneo.
Y aunque es bastante inusual, también pueden surgir síntomas digestivos como dolor de panza y diarrea, añadió.
“La mayoría de los cuadros gripales necesitan entre 3 y 7 días para mejorar dependiendo de la intensidad del cuadro, y mejoran solos con el tiempo. Hay que hacer reposo, tomar mucho líquido para no deshidratarse, tomar algún ibuprofeno y nada más”, señaló la especialista.
Por otro lado, en el caso de padecer un cuadro de dengue o chikungunya, Guzzi señaló que éstos no se cursan con congestión nasal y tampoco suelen provocar dolor de garganta. “Para estas situaciones no está recomendado el uso de ibuprofeno porque puede empeorar el cuadro; hay que consultar al médico para ver cómo proceder”, sugirió.
Sobre casos de Covid, contó que “la marea está baja” en la actualidad, pero aclaró que los cuadros no son iguales en personas con comorbilidad.
La importancia de evitar la automedicación
Leda Guzzi fue clara al explicar que durante un cuadro gripal común lo único que se puede tomar para aliviar el malestar es un ibuprofeno o paracetamol, pero nunca automedicarse con antibióticos, corticoides o drogas para el asma, “eso no está bien y sólo es una opción bajo indicación del médico”.
“Sucede que la mayoría de estos casos son virales y los virus no responden a los antibióticos, los antibióticos no sirven para nada ante estos cuadros y al tomarlos simplemente estamos generando una situación de resistencia antibiótica generalizada en la comunidad. O sea, las bacterias mutan hacia formas resistentes, y el día que de verdad necesitemos antibióticos por padecer, por ejemplo, una neumonía o un cuadro infeccioso bacteriano, no los podremos usar porque no nos va a servir”, describió la infectóloga.
De hecho, mencionó que en Argentina el año pasado se sancionó la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, “es un gran avance para la salud pública, porque estamos alarmados por la emergencia del fenómeno de multirresistencia bacteriana, que trae muchas consecuencias y en ocasiones no tenemos con qué tratar a los pacientes”, aseguró.
“Me refiero sobre todo al consumo de amoxicilina, la gente cree que todo se trata con amoxicilina y no es así. Lo más probable es que ingerirla sin indicación médica previa le altere la flora intestinal y no resuelva el problema”, continuó explicando, y agregó un dato preocupante: “La mortalidad relacionada a estas bacterias multirresistentes es muy alta”.
Prevención
Básicamente, repasó todas las medidas que se implementaron durante la pandemia de Covid. Resaltó la importancia de ventilar los ambientes, lavarse las manos y aislarse en caso de padecer síntomas para evitar contagios.
En el caso de pacientes con factores de riesgo, se recomienda en particular recurrir a la consulta médica, porque “hay que monitorear cómo evoluciona el cuadro”, finalizó.
