Mario Alfredo Maidana la invitó una vez más para ir al motel de avenida Monseñor de Andrea y López y Planes. Ella le dijo que sí, ingresaron a pie y luego de varias horas, la golpeó para luego estrangularla. Seguidamente, tomó un trozo de vidrio de una botella de cerveza y se cortó el cuello. Se desangró pero no murió. La autopsia al cuerpo de Natalia Ester Castro (41) confirmó que su ex la mató con sus propias manos.
Este Diario pudo saber de fuentes consultadas que la causa del deceso de la víctima fue por asfixia mecánica por estrangulación manual, la cual le provocó un paro cardiorrespiratorio. También sufrió la dislocación de la articulación que une el hueso occipital con la primera vértebra cervical, presuntamente provocada por una hiperflexión brusca de la cabeza hacia atrás. Pero esta última lesión habría ocurrido cuando ella ya se encontraba sin vida.
Según el informe Natalia fue golpeada en el rostro repetidas veces. Tenía contusiones en varias partes de la cara. Los estudios arrojaron además que tenía cortes superficiales pero no se podía determinar si fue efectivamente con el vidrio de una botella.
La Justicia aguardaba el sumario policial para que en base a fotografías, testimonios y otras pericias pudieran reconstruir lo que sucedió en la habitación del albergue transitorio.
Otro dato al que pudo acceder este Diario fue que el femicida habría dejado dos cartas en el lugar del hecho. De comprobarse que las mismas son de su puño y letra esto sumaría el agravante de la premeditación, es decir, él habría planeado matar a su exmujer. Pero esto aún debe confirmarse y la Justicia lo hará a medida que avance la investigación.
En principio, según indicó una de las hijas a este medio, ellos habían comenzado a convivir desde que Natalia, la víctima, tenía 16 años. Fueron décadas de maltratos, hasta que hace poco más de un año se separaron definitivamente, dijo la joven.
Ambos tenían denuncias mutuas por violencia por lo cual el Juzgado de Paz dictó órdenes de restricción de acercamiento para ambos. Sin embargo, decidieron continuar viéndose, señalaron las fuentes, al menos tres veces por semana.
El último de esos encuentros fue el miércoles pasado a las 15. Pidieron un turno, lo extendieron y ya entrada la noche un empleado del lugar se dio cuenta que algo malo había pasado cuando al ir a entregarle una bebida vio al hombre con manchas de sangre. Llamó a la policía y como no respondían ingresaron a la habitación donde encontraron tirado en el baño el cadáver de la mujer y a su lado a Maidana, casi sin signos vitales por la sangre que había perdido.
Él fue internado en el hospital Favaloro, donde hasta anoche permanecía sedado. A ella sus familiares la inhumaron el sábado por la mañana.