El alquiler de un departamento o casa representa uno de los gastos más importantes que afronta todos los meses una familia. La complicación se agudiza en el país por el incremento general de los precios, sumados a la incontenible escalada inflacionaria que representa mayores dificultades en los diferentes aspectos económicos que enfrenta una persona, como ser el pago de los servicios o compra de alimentos.
En la capital de Misiones, para alquilar un monoambiente, cerca del microcentro, se necesitan entre $60.000 a $80.000, cifras que varían en otros puntos más alejados y que también dependen de diversos factores relacionados a la estructura del inmueble.
En ese sentido, crecen con fuerza dos complicaciones. En primer lugar que el alquiler mensual de un departamento de un solo ambiente consume la totalidad del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), que luego de su última actualización quedó en $65.427.
Y, por otro lado, la casi nula posibilidad de lograr una referencia clara de los valores en general, según advirtieron desde la Asociación Misionera de Inquilinos.
Al respecto, Adrián Torres, referente de la asociación, comentó a PRIMERA EDICIÓN que “lo que es el monoambiente está ahí sobre el límite (en la comparación con el total del SMVM), pero también es algo que depende mucho del lugar, la zona. Es algo relativo porque ahora no hay referencias claras de precios de alquiler”.
“Se puede pensar solamente en promedios (de valores), porque está todo muy descontrolado, muy disparatado, en el mercado”, cuestionó y añadió que “un monoambiente está al límite de lo que es el salario mínimo, pero hay que recordar que ese salario debería destinarse no solamente a la vivienda sino también a la comida y el pago de servicios, por ejemplo”.
Reclamos por los costos
A modo de ejemplo, dijo que en los alrededores del microcentro de Posadas “el valor de un monoambiente ronda entre los $60.000 a $80.000”.
Debido a esto, “constantemente recibimos reclamos de los inquilinos por el tema de los aumentos de precios. La inflación estuvo (el año pasado) en un 94%. Los alquileres rondaron un 85%. Pero también en la inflación galopante hay un combo de otros gastos que perjudican al bolsillo”, recalcó.
Así, “hay un clima de mucha resignación. Fueron muchos años que se esperó para que se modifique la situación (con la Ley de Alquileres), pero lamentablemente terminó siendo algo perjudicial para el inquilino, si bien el espíritu de la ley no era ese. Entonces ahora no hay tanta expectativa positiva sobre lo que pueda pasar más adelante con la ley”, reconoció Torres.
Impacto en el país
Cabe recordar que en el promedio del país la cantidad de inquilinos es la más alta en comparación con otras geografías de Latinoamérica.
En Buenos Aires, un 34% de la población alquila el inmueble que habita, según la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad, en contraste con el 20% promedio de otros países de la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo.
Ley de Alquileres
Pasaron más de dos años desde que la ley 27.551, más conocida como “Ley de Alquileres”, fue publicada en el Boletín Oficial, el 30 de junio de 2020.
Sin embargo, a poco de su entrada en vigencia comenzaron a registrarse diferentes falencias que derivaron en graves complicaciones, con el efecto que muchos especialistas definen como la “destrucción del mercado inmobiliario”.
La Ley de Alquileres llevó a que muchos propietarios decidan no alquilar más sus departamentos.
Por lo tanto, con una mayor demanda por parte de nuevos inquilinos y una oferta reducida de unidades, los costos de alquiler se fueron disparando en términos reales.
Mientras, en el sector de los propietarios coinciden con buena parte de los inquilinos al señalar la importancia de debatir una nueva ley.
“No hay una verdadera vocación por parte del Gobierno de al menos intentar resolver la problemática que generó la nueva ley”, consideró José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, según publicó el diario La Nación.
El especialista amplió: “El 99,99% de las viviendas que se alquilan en el país están en poder de privados y sin incentivos que generen confianza y reglas con sentido común que contemplen también al propietario. En una economía inflacionaria como la nuestra, difícilmente se logre revertir la tendencia actual de una cantidad cada vez más reducida de viviendas en alquiler formal”.
En tanto que Soledad Balayan, titular de Maure Inmobiliaria, señaló que mientras la oferta de alquileres es cada vez menor, los precios siguen creciendo.
Pese a esto, “no veo que haya una intención desde la política de realizar una autocrítica sobre el nivel de daño hecho, y si lo hicieran, deberían derogarla este año”, criticó.