El último parte epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación reportó 61.903 contagios de coronavirus en la última semana en el país, una cifra similar (0,5% menos) a la registrada la semana pasada, luego de siete semanas de incremento de casos. En Misiones, no obstante, la cantidad de contagios no se mantuvo estable: creció un 82% en la última semana, período en el que se confirmaron 135 nuevos casos.
En el país, si bien se mantuvo estable el número de contagiados, sí aumentó en la última semana el número de pacientes con COVID-19 en terapia intensiva (que pasaron de 342 a 411 y los fallecidos con el virus que pasaron de 39 a 44 respecto a la semana anterior).
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, la médica infectóloga Elena Obieta recordó que “el COVID-19 nunca se fue. En Argentina están aumentando los casos de manera muy rápida y también el número de fallecidos, aunque el Ministerio de Salud de la Nación no brindó aún detalles sobre si esos pacientes estaban o no vacunados y con cuántas dosis”.
“No hay que aflojar”
Para la especialista, “en estos últimos meses nos relajamos, estábamos todos hartos de usar barbijo, aparecieron el virus influenza, parainfluenza y otros cuadros virales… pero lo cierto es que tenemos que seguir usando barbijos en lugares cerrados pese al calor, si acá (por Buenos Aires) con 30 grados nos cuesta, me imagino ustedes en Misiones. Pero no hay que aflojar, sobre todo en lugares cerrados donde circulan muchas personas”, destacó.
Obieta observó que las personas “relajamos el cuidado porque le perdimos el miedo, me acuerdo en el 2020, trabajando en el hospital, me sentía un arma biológica porque podía contagiarme en cualquier momento. Pero después de vacunarse, muchos tiraron la toalla porque ya tenían dos dosis. La vacuna, además de ser una protección individual es un acto solidario porque si estás vacunado también colaborás a que haya menor cantidad de virus circulando”, recordó.
El sistema inmunológico también envejece
Obieta confirmó que “hay mucha gente de más de 50 años que se aplicó dos o tres dosis hace más de cuatro meses y hoy está en una situación de riesgo porque no siguieron con los refuerzos”.
Consultada sobre los motivos por los que los mayores de 50 necesitan más los refuerzos que los más jóvenes, explicó que se debe la inmunosenescencia “esto se refiere a los cambios que se producen en el sistema inmunitario a causa del envejecimiento y que afectan la inmunidad innata y adaptativa. Estos cambios predisponen a padecer enfermedades infecciosas, cáncer, autoinmunidad y a respuestas escasas tras la administración de vacunas. Ante el envejecimiento del sistema inmune, se responde peor a las vacunas, por eso es tan importante que los mayores de 50 años se apliquen un refuerzo cada cuatro o cinco meses”.
La infectóloga recordó que las vacunas se pueden mezclar, “es decir podemos ponernos una y al siguiente refuerzo otra. Las investigaciones demostraron que mezclando plataformas se lograban mejores niveles de protección”.
Recordó además que “es probable que el año que viene recibamos vacunas bivalentes para hacerle frente a los dos variantes que más circularon este 2022 y esta vacuna se dará en forma anual. Estas vacunas ya las están aplicando en Gran Bretaña, Canadá, Italia y otros países”.
“Contra un equipo de 22 jugadores”
A lo largo de este año hubo una clara hegemonía de la variante Ómicron en todo el mundo, Argentina incluida. “Es mucho más contagiosa que las anteriores. Al mutar, capaz perdió letalidad pero ganó contagiosidad. Aprovechando la jerga mundialista, en vez de jugar contra 11 estás jugando contra 22 por lo que no te alcanza solamente con tener a un Nahuel Molina o un Otamendi como defensor, necesitás cinco Molina u Otamendi”, ejemplificó Obieta.
En este contexto, se refirió a las vacunas bivalentes que permitirán “reforzar la defensa del equipo”. Indicó que las bivalentes son vacunas específicas contra las variantes que más circularon.
“Es lo mismo que hacemos con la vacuna contra la influenza que se renueva todos los años porque los anticuerpos tienden a caer después de los seis meses y porque muta la prevalencia de los virus que circulan”.
No obstante, alertó que “la gente tiene que aplicarse el refuerzo si ya pasaron los cuatro meses de la última dosis, no puede quedar esperando que lleguen las bivalentes”.
