A raíz de las constantes lluvias registradas durante los últimos días en la región, las crecidas de los ríos Uruguay e Iguazú se intensificaron e incluso en más de un caso se llevaron adelante evacuaciones para evitar que el caudal dañe a los habitantes de zonas cercanas.
Estas precipitaciones fueron significativas en el área de la Cuenca del Plata considerada de “respuesta hidrológica rápida ante eventos intensos”. Según el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA) Juan Borús, la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario predominante de aguas bajas iniciado en marzo de 2020.
De todos modos el INA junto a otras instituciones nacionales y regionales, desde 1983 cumple con un monitoreo y análisis del comportamiento meteorológico, climático e hidrológico respecto a los avances de las ondas de crecidas que producen los pronósticos hidrológicos habituales.
A continuación, se mencionarán algunos datos actuales de los distintos ríos que atraviesan la región:
Alta cuenca del Río Paraná en Brasil
En los meses de octubre de 2021 y marzo de 2022 se registraron lluvias sobre casi toda la alta cuenca en Brasil. Estas lluvias mejoraron la condición de los suelos y permitieron una recuperación de las reservas en los embalses de generación eléctrica. En abril de 2022 la región beneficiada por las lluvias fue la mitad sur de la alta cuenca, no regulada por embalses, y los suelos alcanzaron una condición hídrica normal.
El mes de septiembre de este año fue favorecido con lluvias importantes sobre la parte no regulada, uno de cuyos efectos fue una mejora en el caudal entrante al embalse de Itaipú, llave final del sistema de embalses. Cabe destacar que la represa de Itaipú se encuentra muy próxima al ingreso del río Paraná en territorio argentino, con lo cual los caudales que desencadenan se reflejan inmediatamente en el tramo paraguayo-argentino de este río.
En las dos primeras semanas de octubre de 2022 se observa un aporte de toda la alta cuenca oscilante alrededor de 9.000 m3/s, valor aún inferior a lo normal para esta época del año. Los pronósticos meteorológicos mantienen la probabilidad de lluvias sobre el área de aporte directo al embalse de Itaipú, el que se encuentra con un nivel próximo al nivel operativo normal.
Río Iguazú
La cuenca del río Iguazú no recibió eventos significativos entre junio de 2019 y junio de 2022. A comienzos de junio de 2022 se registró un evento sobre la cuenca baja que dio lugar a una crecida ordinaria, de muy acotado efecto sobre los niveles fluviales en territorio argentino. Posteriormente, la cuenca registró una secuencia de eventos de acotada magnitud que mejoraron la condición de suelos y de reservas en los embalses. Desde principios de agosto se consideró que el río estaba normalizado, con un caudal en las Cataratas oscilante en los 2.000 m3/s. A partir del 28 de septiembre pasado se generaron lluvias que cubrieron toda la cuenca con montos de moderados a intensos, que provocaron la actual crecida de gran magnitud.
La cuenca, caracterizada por la respuesta muy rápida a lluvias de estas magnitudes, generó una crecida que alcanzó su pico en Andresito (donde el río toca el norte de Misiones) el 12 de octubre. El caudal estimado fue de 17.500 m3/s, magnitud no registrada desde octubre de 2014. El pronóstico meteorológico para los días posteriores al 12 de octubre obliga a mantener la permanente atención ante la posibilidad de persistencia de valores altos de caudales, e inclusive, de ocurrencia de nuevos pulsos de crecidas.
Confluencia Paraná-Iguazú
En el Punto Trifinio de esta confluencia se monitorea permanentemente el nivel a paso horario. Desde el 13 de octubre el nivel se encuentra oscilante en el pico. Tomando como referencia la escala de Puerto Iguazú ese pico ronda los 25,50 m de lectura de escala, es decir, casi en el Nivel de Alerta (25,00 m). Se espera que el descenso sea lento y dependiente del pronóstico meteorológico mencionado, informaron desde la institución.
Río Paraná desde Yacyretá
La gradual recuperación de caudales observada desde la tercera semana de septiembre de 2022 permitió que Yacyretá operara con un caudal que se fue aproximando a los valores normales. La llegada de esta onda de crecida hará descargar en los próximos días un caudal del orden de 22.000 m3/s, levemente superior al promedio de las crecidas de octubre de los últimos 25 años.
Río Paraguay
Los eventos mencionados beneficiaron parcial y acotadamente a la cuenca media de este río, así mejoró levemente la condición de suelos, pero sin generar excedentes que permitieran salir de la situación de aguas bajas que está caracterizando a toda la extensión del río desde julio de 2019.
Sin embargo, el tramo inferior registra el efecto de remanso (o “apilamiento”) desde la confluencia con el río Paraná, lo que le permite mantener una tendencia ascendente de los niveles, sin salir de aguas bajas. El caudal que aporta en su encuentro con el río Paraná se estima hoy en 1.900 m3/s, estando en el orden de la mitad del valor normal.
Río Paraná en el Tramo Argentino
La onda de crecida, que aún está en vías de definición, se propagará rápidamente por el tramo correntino-paraguayo del río. Sin embargo, sobre el tramo agua abajo de Corrientes-Barranqueras encontrará un valle marcado por la persistente bajante que aún se observa. Se prevé que en su traslado la onda pierda energía, lo cual producirá la atenuación de los caudales máximos (en otras palabras, la onda se “achatará”). En principio, se espera un pico en Corrientes próximo a 5,50 m entre el 18 de octubre y el 19 de octubre. Se alcanzarán niveles en todo el tramo argentino que se ubicarán en la franja de oscilación de aguas medias. Se prevé que los niveles ascenderían en el tramo agua abajo de La Paz un orden de 1,50 m, mientras que agua abajo de Paraná el ascenso sería más acotado. El monitoreo permanente permitirá ir ajustando las prospecciones.
Delta del río Paraná
La condición de los cursos de agua del Delta se verá beneficiada muy acotadamente por esta onda de crecida. Por provenir del río Iguazú tiene la característica de trasladar poco volumen de agua, insuficiente para llevar los niveles del Delta hacia aguas medias. Continuará dependiendo fuertemente del corto plazo regulado por las oscilaciones en el estuario.
Río Uruguay
Desde mayo del 2022 la cuenca del río Uruguay se encuentra en una condición próxima a la normal. El caudal proveniente de la alta cuenca del río sostuvo esta mejora, con aportes ocasionales y adicionales de la cuenca media. Las lluvias que afectaron a la cuenca del río Iguazú también afectaron a la alta cuenca del río Uruguay. Ambas cuencas se caracterizan por poseer embalses de escasa capacidad de atenuación de eventos intensos.
Se generaron pulsos de crecida sobre los afluentes, especialmente el río Chapecó que alcanzó un pico del orden de 6.000 m3/s. Finalmente, se generó una crecida importante que alcanzó un máximo de 20.000 m3/s el 12 de octubre en el sitio donde el río entra en el tramo compartido con Brasil. Por su parte, el 13 de octubre ya había disminuido a unos 5.500 m3/s. La propagación llevaría los niveles en el tramo correntino-brasileño del río a superar los respectivos Niveles de Alerta por un lapso corto. El embalse de Salto Grande se verá beneficiado con esta onda de crecida y se espera una laminación de la onda que permita aprovechar energéticamente el evento.