Aunque en muchas ocasiones se elige el ejercicio aeróbico para romper el sedentarismo (lo cual es una buena opción en muchas ocasiones), los entrenamientos con pesas a los 50 años no se quedan atrás.
Y es que, aunque pueda parecer un trabajo más extremo, si lo vamos adaptando a nuestras posibilidades físicas conseguiremos no sólo beneficios para la salud y quema de calorías, sino también un mayor impacto sobre el tono muscular. Esto último es especialmente importante cuando la flacidez empieza a ser algo habitual en las distintas partes del cuerpo.
Además de la tonificación de los músculos o incluso el aumento de dicha masa muscular, el ejercicio con pesas promueve la activación del metabolismo durante más tiempo, lo cual disminuye la tendencia a acumular grasa (ayudando a eliminar también la que ya tenemos).
Otra cosa importante es que facilita la llegada de nutrientes a las distintas partes del cuerpo y reduce el riesgo de osteoporosis, aumentando la masa ósea.
Entre los numerosos estudios que defienden los beneficios del ejercicio contra del envejecimiento destacan los realizados en la Universidad McMaster en Estados Unidos y aparecidos en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), que obtuvieron resultados aplicables a humanos sobre pruebas realizadas en ratones.
Las conclusiones generales fueron que el ejercicio contribuye en gran medida a ralentizar los efectos degenerativos que se van produciendo en el cuerpo con el paso de los años al afectar positivamente al estado del corazón y el cerebro, entre otras cosas.
Controlando los esfuerzos
Sin embargo, como he dicho, llegada cierta edad y hay que tener todavía más cuidado con los esfuerzos a los que sometemos a nuestro cuerpo.
Los tiempos de recuperación muscular se van ampliando, la fuerza disminuye y los ligamentos, tendones y articulaciones se van volviendo más rígidos y propensos a lesiones. Todo esto debe ser tenido en cuenta durante el entrenamiento para no forzar, mientras otros efectos de la edad como la ralentización del metabolismo o la pérdida de masa ósea, los estaremos combatiendo directamente con él (y con una alimentación adecuada).
En general y como conclusión, tanto el ejercicio de levantamiento de pesas como el aeróbico son recomendables a todas las edades (siempre bajo previa consulta médica), más si cabe a partir de los 50 años si conocemos nuestro cuerpo y la combinación de ambos puede ser todavía más provechosa para optimizar nuestra salud y calidad de vida.